En el interior del Palacio Nacional y del Antiguo Colegio de San Ildefonso los visitantes se encontrarán por la noche frente a doña Inés y a don Juan, así como a los casi fantasmales personajes del clásico de José Zorrilla, Don Juan Tenorio.

En esos edificios, la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano, que dirige Francisco Hernández, escenificará –con entrada gratuita y por décimo primer año consecutivo– la obra escrita hace 174 años por el dramaturgo español, quien perpetuó una leyenda basada en el honor y el amor.

La propuesta de Hernández pretende que los espectadores se apropien de los espacios históricos, sobre todo del Palacio Nacional, para quitarle ese simbolismo de poder, que no sea visto casi de otra dimensión.

Al margen de los militares o las tanquetas que se hizo común ver resguardando el inmuebe en las administraciones de Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, esperamos que el público retome de manera espontánea este espacio, el cual pertenece a todas las generaciones.

Don Juan Tenorio será representada el 17 de noviembre, con 24 actores, vestuario de época y música en vivo, afuera de la Capilla de la Emperatriz, en el Palacio Nacional.

Antes, del 8 al 10 de noviembre, la compañía deambulará por los pasillos, jardines y patios del Colegio de San Ildefonso, donde ofrecerá funciones para alrededor de 200 personas en cada una, con las que recorrerá cada uno de los rincones del recinto hasta colocarse en el lugar en el que transcurrirá la historia, explicó Francisco Hernández.

Los fantasmas, ingrediente que gusta mucho

Esta sátira relata la historia de don Juan Tenorio y don Luis Mejía, quienes se encuentran reunidos en la hostería Del Laurel, para conocer al ganador de la apuesta pactada tiempo atrás. En esa reunión se enfrentan a nuevo desafío: don Luis reta a don Juan para que enamore a una novicia que esté por profesar; mientras el segundo amenaza a su rival con quitarle a la mujer con la que se va a casar. Ambos terminan encarcelados, pero escapan y entonces comienzan las aventuras.

Esta obra ha formado la cultura del México independiente, la decimonónica porfiriana, la revolucionaria hasta llegar a la era moderna; además, busca acercar al público al teatro clásico y tiene un ingrediente que gusta mucho, como los fantasmas y las apariciones, las cuales se conjugan bastante bien con el Día de Muertos, sostuvo el director.

En Don Juan Tenorio existe ese mestizaje entre el contenido de la obra y las tradiciones; además, se ha hecho un clásico, porque transgrede y se burla de las estructuras sociales, así como de las convenciones religiosas y familiares.

La tradición de representar el Tenorio en época de Día de Muertos “inició el 5 de diciembre de 1844 en el gran Teatro Nacional, inaugurado por Antonio López de Santa Anna. El primer actor que lo interpretó fue Antonio de Castro, cuyos restos reposan en el Panteón de San Fernando. En la lápida de su tumba está inscrito el epitafio: ‘Aquí se cierra el telón de la vida y se abre el telón de la eternidad’”, recordó.

En el reparto figura por segundo año consecutivo la primera actriz Martha Ofelia Galindo en el papel de Brígida, quien compartirá escenario con Daniela Pérez Acosta (doña Inés), Miguel Alonso (don Juan), Ángel Lara (don Luis Mejía), Víctor Zeus (comendador) y David Villarreal (escultor).

Históricos recintos, sedes de teatro

Con esta obra, que será llevada el próximo año a Valladolid, España, tierra natal de José Zorrilla, los espectadores disfrutarán, además de la dramatización, del arte e historia que albergan estos recintos, que han sido sede de teatro desde su creación.

Las funciones de Don Juan Tenorio serán el 17 de noviembre en Palacio Nacional, a las 19 horas, y en el Antiguo Colegio de San Ildefonso del 8 al 10 de noviembre, a las 19 horas, en Justo Sierra 16, en el Centro Histórico.