Antes de irse a Buenos Aires, Luis Avilés se lesionó espalda y cadera. Momentos de angustia y nervios. El día de la competencia no podía caminar, los médicos me vendaron, inyectaron, y los fisioterapeutas hicieron su trabajo. Salí adelante y gané, narra el velocista de 16 años, campeón olímpico en 400 metros planos, a quien le harán estudios y una resonancia magnética para descartar alguna fractura o hernia de disco, este lunes.

El Flash morelense, como le apodan, soportó dolor y superó la adversidad para hacer algo histórico, comenta su entrenador, el cubano Lázaro Paz, quien prepara a Luis en la pista del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (CNAR) y no pudo asistirlo en la justa olímpica argentina porque las autoridades decidieron no llevarlo.

El oriundo de Cuautla tiene una carrera ascendente. Pasó del futbol al atletismo con salto de longitud y la velocidad para ser medallista en Olimpiadas Nacionales, aunque finalmente decidió por lo último luego de los resultados que arrojó para ser el mejor del mundo en su categoría con la marca de 46.04 segundos, la séptima de todos los tiempos para un mexicano, en abril pasado.

Desde la época del olímpico y medallista del orbe Alejandro Cárdenas ningún otro mexicano ha bajado de los 46 segundos. El sonorense tiene la marca del país con 44.31 impuesto en Sevilla 99.

Son los referentes de Luis, quien en su primera carrera en Buenos Aires compitió con una banda en la cabeza, como lo hacía Cárdenas, pues tanto él y Ana Guevara, me han servido de mucha ayuda para los planes que tengo proyectados a futuro con competencias importantes y obtener buenos resultados.

Luis fue recibido como héroe por su familia. Entre porras, aplausos y el Cielito lindo, con las medallistas de plata en boxeo, Jennifer Carrillo, la andarina Sofía Elizabeth Ramos, así como Samantha Amador, cuarto lugar y sexto general en la prueba de 5 mil metros en marcha.

La nutrida asistencia contrastó con la presencia de Ricardo Contreras, presidente de la Federación Mexicana de Boxeo, único directivo que estuvo en el aeropuerto capitalino con el equipo femenil y varonil para recibir con honores a Jenni, la coahuilense de 16 años, primera medallista olímpica del país de su género.

Esta delegación es prometedora, rompimos un récord en preseas (17) y esto nos dice que se requiere más apoyo. México ya no es un país en el cual está en el olvido, de aquí en adelante vamos a despuntar y a seguir trabajando, porque este es el inicio de que viene algo grande, sostiene Luis Avilés, a quien su madre Violeta Ferreiro comenta que fue el sobreviviente de sus gemelos; padeció asma y una doctora me dijo que mi hijo nunca iba a correr.

Los jóvenes tienen sueños y deseos de llegar a las máximas competencias para dar medallas. Que vean que no todo es futbol, comenta la mamá del queretano Alan Poisot Palacios, ganador de la presea de plata en la Olimpiada Latinoamericana de Astronomía en Paraguay, quien coincidió ayer con el arribo de la delegación.