Miércoles 17 de octubre de 2018, p. 11
La jerarquía católica exhortó a las autoridades de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Salud, así como a la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos procurar un acción conjunta
para acoger y proteger
a los migrantes hondureños.
Los instó a unirse y actuar conforme a la Ley de Migración, de la que resaltó los artículos relacionados con el libre transito, acceso a la justicia, educación y atención médica, entre otros.
La Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana, de la Conferencia del Episcopado Mexicano, exhortó a tomar acciones sobre todo para cuidar que los migrantes no caigan en manos de personas que, sin escrúpulos, se aprovechan de ellos de muchas maneras: trata de personas, esclavitud laboral, grandes cuotas para asegurarles llegar a su destino, etcétera
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La dimensión que encabeza el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, invitó al Episcopado a ponerse en contacto con los delegados estatales de migración, autoridades federales, estatales, municipales de seguridad y salud, para poder proteger a estos hermanos, entre los que vienen niños, mujeres, jóvenes y adultos
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Sabemos que los dirigentes de esta caravana no informan a las casas de migrantes ni a otros centros de atención. A veces llegan a parroquias que no tienen los elementos para atenderlos. Vienen personas, especialmente niños, con enfermedades gastrointestinales, personas con los pies dañados, y otros malestares del camino
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