Cifras oficiales muestran que 93.5 por ciento de las mexicanas en áreas rurales enfrentan alta vulnerabilidad al carecer de acceso a educación, salud, seguridad social, infraestructura de la vivienda, servicios básicos y alimentación.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) aseguró que en el campo ellas perciben 75 por ciento menos salario que los hombres, y seis de cada 10 (62.1 por ciento) son pobres.

Por ello, el organismo urgió al Estado mexicano a impulsar y visibilizar los aportes que las mujeres rurales hacen a sus comunidades, su papel en la seguridad alimentaria, la produc-ción y comercialización de alimentos y el cuidado de animales, así como la realización de las tareas domésticas, a pesar de la feminización del trabajo agrícola por factores que contribuyen a reproducir la pobreza en el campo y a la falta de acceso a la educa-ción y al empleo que afectan el goce y ejercicio de sus dere-chos fundamentales.

Lo anterior, en el contexto del Día Internacional de las Mu-jeres Rurales, que se conmemoró ayer 15 de octubre. La CNDH se sumó al reclamo de este sector en demanda no sólo del reconocimiento de los problemas que las aquejan, sino de que se tomen en cuenta y se parta de sus capacidades para superar las brechas de desigualdad que las afectan a escala nacional.

Exhortó a los tres niveles de gobierno a diseñar políticas públicas con base en las necesidades y requerimientos de ese grupo poblacional, que se les consulte sobre los proyectos que necesitan y cómo utilizar los apoyos productivos, además de tomar en cuenta la diversidad de culturas a las que pertenecen.

Una de cada tres mujeres rurales se concentra en Veracruz, Chiapas, Oaxaca y estado de México.