Lunes 15 de octubre de 2018, p. 33
La Ciudad de México debe contar con urgencia con un plan hídrico, que supere el carácter reduccionista a obras de ingeniería e infraestructura hidráulica, afirmó el especialista en el tema Jesús Villanueva Manzo, quien consideró que se debe reactivar el programa de microcuencas en la capital e impulsarlo hacia el valle de México.
En la actualidad, añadió, se vive una urbanización irracional y antiecológica, sobrexplotación de entre 300 a 700 por ciento de los cuatro grandes acuíferos y reducción de su recarga natural, así como la desaparición del agua del bosque a un ritmo de 2 mil 400 hectáreas anuales, que no se resolverá exclusivamente con más obras, sino que se requiere de la reordenación y manejo integral de las cuencas.
Biólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especializado en el estudio de microcuencas, indicó que hará llegar una propuesta a la jefa de gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pues si no se hace algo efectivo en el tratamiento y solución al problema del agua, la crisis hídrica llevará a un colapso.
Expuso que evitar una posible privatización del agua, cerrar pozos, tratar las fugas en la red hidráulica, rescatar el Canal Nacional, rehabilitar la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella y establecer un programa domiciliario de captura de agua pluvial, como se ha anunciado, sólo ayudará a amortiguar el problema del agua, pero no a su solución de fondo.
La Ciudad de México es el área que cuenta con la mejor y más diversa obra de ingeniería e infraestructura hidráulica del país y a pesar de ello el problema del agua no se ha resuelto, sino que sigue presentándose y haciéndose más amplio y preocupante
, refirió.
Desorden y desequilibrio
Villanueva Manzo explicó que la crisis del agua obedece al desorden y desequilibrio que sufre la cuenca del valle de México y la gran diversidad de microcuencas que la forman, por lo que es desde ahí donde debe atenderse el problema.
Por el cambio climático se están presentado lluvias cada vez más intensas, duraderas y preocupantes; se está reduciendo en forma acelerada la vegetación que retiene y filtra la mayor cantidad de agua de lluvia; se están modificando y reduciendo las áreas de captura, filtración y recarga de los acuíferos
, manifestó.
Ante ello, planteó establecer un programa piloto en cuatro subcuencas y 12 microcuencas, de 5 a 7 mil hectáreas cada una, para su reordenación y manejo integral, con distintos proyectos, e impulsar su remediación.