México propuso a los gobiernos de Centroamérica y de Estados Unidos crear un grupo conjunto de inteligencia fronteriza para combatir el crimen en la región, iniciativa que debería permanecer más allá de los cambios de personas en los gobiernos.

La implementación de Grupos de Alto Nivel de Seguridad (Ganseg) con El Salvador, Honduras y Guatemala, permitió a México la detención de por lo menos 31 elementos de alta peligrosidad que integraban las bandas Barrio 18 y MS-13, tan sólo en el último año, dijo Renato Sales Heredia, comisionado nacional de Seguridad.

Durante la II Conferencia para la Prosperidad y Seguridad en el Triángulo Norte de Centroamérica, Sales Heredia precisó que entre los detenidos hay criminales ubicados como parte de los 100 objetivos prioritarios que asolaban la región.

Entre estas capturas, informó, se encuentran las de Herbert William Meléndez Barrientos, principal líder de la pandilla MS-13 y uno de los sujetos más buscados en El Salvador, además de Nelson Alexander Flores Pacheco, integrante de esta misma banda.

Sales dijo que la delincuencia organizada trasnacional es un fenómeno global que no respeta fronteras ni regiones.

Es por ello que se refirió a la creación de un nuevo grupo conjunto de inteligencia fronteriza, orientado especialmente al trabajo en equipo de las instituciones de inteligencia en los países centroamericanos que integran el denominado Triángulo Norte, Estados Unidos y México.

Desde Washington, señaló que si bien corresponde al próximo gobierno nacional designar al representante de ese nuevo instrumento de colaboración, la finalidad es tener un espacio de trabajo para operar acciones en el combate a fenómenos criminales como la trata y el tráfico de personas, las pandillas y el tráfico de drogas.

También se podrá identificar y ubicar a los principales elementos generadores de violencia, así como otros delitos.

De lo que se trata, dijo, es de implementar políticas de Estado que vayan más allá de los periodos de gobierno. Es necesario fortalecer las instituciones civiles de seguridad, tanto en la capacidad de reacción como de inteligencia, así como incrementar y robustecer los mecanismos para el intercambio de información entre los países de la región.

De igual forma, fortalecer la capacitación de los cuerpos de seguridad.

Un ejemplo de cooperación bilateral en materia de seguridad e inteligencia entre la Policía Federal de México y las respectivas policías nacionales de El Salvador, Guatemala y Honduras, permitió el rescate, en agosto pasado, de 22 inmigrantes centroamericanos secuestrados en San Juan Chamula, Chiapas.