El líder de Guerreros Unidos, Gildardo López Astudillo, El Gil, y siete integrantes más de esa organización delictiva seguirán en prisión y sujetos a proceso penal porque se mantiene vigente la acusación en la que se les señala como presuntos responsables del secuestro y posterior desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El miércoles, el juzgado primero de distrito en materia de procesos penales federales, con sede en Tamaulipas –en cumplimiento a una resolución del primer tribunal colegiado, en esa entidad–, decretó auto de libertad en favor de López Astudillo; Salvador Reza Jacobo; Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo; Miguel Ángel Landa Bahena; Felipe Flores Salgado, El Terco; Jonathan Osorio Cortés y dos involucrados más.

En este caso, la libertad que les otorgó el tribunal federal está relacionada únicamente con la acusación que enfrentan por delincuencia organizada. Según la resolución, el Ministerio Público Federal no aportó elementos de prueba que acreditaran su involucramiento en ese ilícito.

A ese respecto, la PGR impugnó la determinación judicial que determinó otorgar la libertad en favor de los ocho presuntos integrantes de Guerreros Unidos, quienes en las indagatorias del Ministerio Público Federal confesaron haber participado en los hechos de Iguala.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, López Astudillo fue quien ordenó secuestrar a los normalistas y trasladarlos al basurero de Cocula, donde presuntamente fueron incinerados.

De acuerdo con la declaración de Patricio, Jonathan y Agustín, que obran en el expediente, los estudiantes fueron calcinados con diésel y llantas.

Los de mayor peso de ese grupo son Felipe Rodríguez, El Cepillo, jefe de sicarios, y Gildardo López, lugarteniente de Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos.

El Gil es señalado como autor intelectual de la desaparición de los 43 normalistas, al haber ordenado su detención y desaparición. Fue él quien mandó un mensaje a Sidronio informándole que habían hecho polvo los 43 cuerpos.