egún los datos (sensiblemente modificados) del Banco de México, en el primer semestre de este año, la Balanza de Pagos del país se saldó con los siguientes resultados: un déficit en Cuenta Corriente de -12 mil 645 millones de dólares y otro de -35 mdd en la (minimizada) Cuenta de Capital, mismos que fueron financiados por una entrada neta de capital extranjero (inversiones y préstamos) en la Cuenta Financiera de 20 mil 141 millones de dólares. El remanente de 7 mil 461 millones se contabiliza en la cuenta de ajuste Errores y omisiones (Gráfico 1).

Cuenta corriente

El déficit semestral mencionado de esta cuenta (-12.6 mmd) es ligeramente mayor al del año pasado, aunque menor a los registrados en los otros primeros semestres del sexenio (Gráfico 2).

Como si fuera un sino fatídico, bajo el neoliberalismo hemos vivido una acumulación de déficits sin acciones gubernamentales correctivas, al grado de llegar a verlos como algo normal. Grave error. En todos los niveles de la economía (individual, familiar, empresarial, nacional) no mantener un equilibrio financiero es fatal. Gastar más de lo que se ingresa recurriendo a préstamos y dinero ajeno puede ser inevitable ante circunstancias coyunturales adversas, pero si no se corrige el desequilibrio tarde o temprano se paga muy caro.

En el semestre fueron deficitarias, como ya es mala costumbre: la balanza comercial (de mercancías) con -4 mil 627 millones de dólares, la balanza de servicios con -4 mil 948 mdd, y por supuesto la balanza de renta (utilidades y dividendos de la inversión extranjera, y el pago de intereses sobre la deuda) con -18 mil 916 millones (Gráfico 1). Sólo es positiva la balanza de transferencias (remesas básicamente) con 15 mil 846 millones de dólares.

En específico, las remesas enviadas por los emigrantes a sus familias mantienen un consistente crecimiento y en el semestre totalizaron 16 mil 245 millones de dólares (Gráfico 3).

Cuenta financiera

En el semestre, la inversión extranjera en México ascendió a 38 mil 879 millones de dólares, cifra integrada por 21 mil 085 millones de inversión directa, 13 mil 348 m por inversión de cartera, y 4 mil 446 m por otras inversiones (depósitos y títulos de deuda) (Gráfico 1). Dinero ajeno que aumenta los pasivos del país. Flujos caprichosos de capital que incluso han reducido las reservas internacionales de 196 mil millones de dólares en enero de 2015 a 173 mil mdd en junio de este año.

En sentido inverso, mexicanos enviaron al exterior 16 mil 027 millones de dólares, de los cuales 6 mil 286 millones fueron inversión directa (una cuarta parte de la cual, según el FMI, va en realidad a empresas fantasmas o ficticias domiciliadas en paraísos fiscales), y 9 mil 741 m fueron salidas financieras destinadas a depósitos en el exterior y a la compra de títulos de deuda.

En un entorno económico externo cada vez más enrarecido y hostil, es más que conveniente avocarnos a un saneamiento de nuestros deficientes con el exterior, y en especial a una recuperación del control de la Cuenta Financiera a fin de reducir la vulnerabilidad del país y dar viabilidad a una reconfiguración económica más sana.

En este contexto, la renegociación del TLCAN ha sido, como era de esperarse, una pifia para México. El gobierno de Estados Unidos está destruyendo el TLCAN e imponiendo a México ¿y Canadá? tratados bilaterales forzados y con peores condiciones. México (el Congreso) no debe aceptar el engendro bilateral firmado en principio por el gobierno con Estados Unidos, en razón de que no obtenemos nada y sí aumentan los elementos que nos son adversos, además de su pretensión de dejarnos anclados y sin salida.

En esta coyuntura, ha llegado el momento de empezar a liberarnos de tratados leoninos, lesivos y obstaculizantes para el desarrollo, y lograr con Estados Unidos un nuevo entendimiento justo en materia exclusivamente comercial, ya que ni ellos parecen estar dispuestos a reconsiderar aspectos clave en materias como migración, narcotráfico, tráfico de armas y otras, ni México puede seguir siendo subordinando y avasallado por intereses y capitales especulativos, monopolistas y soberbios.

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