Miércoles 5 de septiembre de 2018, p. 10
El país no cuenta con una política pública antidiscriminatoria transversal, coincidieron especialistas. Mario Luis Fuentes, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que la arquitectura institucional actual presenta una enorme rigidez que la limita para combatir el fenómeno de la discriminación.
Indicó que este esquema es vertical y las secretarías no se vinculan entre sí. Además, al interior de cada dependencia existen prácticas, procesos que excluyen, que restringen el acceso y que generan tratos desiguales
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En el seminario Discriminación, desigualdad y cultura del privilegio: una reflexión sobre las condiciones de discriminación y la política de igualdad en el país, que se realizó en El Colegio de México (Colmex), expuso que una coordinación, por el contrario, en el mejor de los casos supone la articulación de acciones
, una estructura que toma decisiones en conjunto.
Los prejuicios
En su ponencia, Mario Luis Fuentes explicó que los prejuicios, las conductas y los estereotipos parten de patrones de comportamiento y formas de sociabilidad que son generadas también por la estructura de leyes y normas o instituciones
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La estructura vertical institucional, agregó, no es capaz de procesar esta transversalidad que implica poner en el centro derechos humanos y discriminación como gran paraguas
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Alexandra Haas, titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, dijo que las grandes instituciones no responden a las necesidades globales y, más allá de eso, depositan en las pequeñas la responsabilidad de los grupos a los que han abandonado
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Señaló que si bien las instituciones específicas son indispensables, aunque necesitan más presupuesto e instrumentos de política pública para tener mejor coordinación, lo anterior no sustituye lo que tienen que hacer cada una de las dependencias. En eso, dijo, no va a haber paliativos suficientes a la falta de voluntad política de hacer los grandes cambios sociales
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Patricio Solís, investigador del Colmex, advirtió que uno de los grandes retos para lograr medir la discriminación es por su definición, pues implica delimitar el fenómeno.
Señaló que el núcleo del concepto “tendría que estar centrado en las prácticas de trato desigual o que producen resultados desiguales o informales, dirigidas a ciertos grupos sociales y que tienen como consecuencia la privación en el acceso a los derechos y la reproducción de la desigualdad social.