Como parte de las explicaciones de sus decisiones durante el sexenio, el presidente Enrique Peña Nieto asumió plenamente la responsabilidad de haber liberado el precio de la gasolina mediante la cancelación del subsidio gubernamental. Subrayó que “el gasolinazo de enero de 2017” era una decisión inaplazable, pues para entonces ya se debían 200 mil millones de pesos, y preservar la transferencia de recursos públicos a mantener el precio hubiera implicado sacrificar presupuesto de programas sociales.

Mediante un video difundido en sus redes sociales, el presidente reconoció que fue una determinación francamente muy difícil. En descargo, Peña Nieto explicó que ya había una situación insostenible de canalizar un subsidio para preservar el precio de las gasolinas.

El fundamento de la decisión,dijo Peña Nieto, radica en el hecho de que más de 30 por ciento de los mexicanos con mayor capacidad económica consume casi 80 por ciento de la gasolina en el país. Había una inconsistencia: que los más favorecidos por subsidiar el precio de la gasolina fueran las personas de mayores ingresos.

Para subrayar la complejidad de la determinación, el Presidente refirió que 2017 era un año donde había elecciones en varios estados. Consideró que esta determinación no ayudaba al partido político que yo represento. Era pensar electoralmente o era pensar en el futuro y el bienestar del país, concluyó.