el cine de la gente
Lunes 23 de julio de 2018, p. a10
Un conífero de Argentina se arrancó de su tierra. Vino un fin de semana a México con la idea de repartir gran puñado de piñones.
Es un pino especial: alto y recto, pero, más aún, generoso.
En tres días en el país diseminó sabiduría, la cual ha recogido y expresado en varias décadas, en las que han emergido más árboles como él, que enarbolan la bandera del arte y la justicia social.
El pináceo es un humano. Se llama Fernando Solanas, y con sus ramas, es decir, con su cámara y sus ideas, ha captado la vida
por más de 50 años, y la ha germinado en historias de cine que ha compartido con el mundo, donde es referente y parte de la historia de esta expresión artística.
Solanas (Buenos Aires, 1936) es perseverante, un militante artístico, social y político, pero también espiritual.
Clandestinidad
Produce, dice, el cine de la gente
. Ha recorrido su país para recoger testimonios de aquellos a los que pocas veces se les da voz. Y los ha plasmado en películas, todas producidas por él mismo, porque muchas fueron realizadas en la clandestinidad.
Ahora, las cintas han sido exhibidas y reconocidas en los más importantes festivales del mundo, porque son hechas con el corazón, con uno resinoso que se ofrece en cada palabra, en cada fotograma.
Fernando Pino Solanas fue reconocido el fin de semana pasado por la Cineteca Nacional con una medalla por su carrera de más de 50 años, pero también vino a algo que le fascina: hablar. Lo hizo en una clase magistral, al presentar sus películas o, simplemente, al saludar, como lo hizo con la gente durante los tres días que paseó en el recinto de la colonia Xoco.
Pino Solanas habla y habla, y son sus ríos de palabras cauce que deja liberar. También trajo a México una película que para él es fundamental: La nube, que luego de 20 años de haberla filmado, vino a estrenarla con los mexicanos. Se trata de su última cinta de ficción.
Estudió teatro, música y derecho, y ahora es senador y antes fue diputado. Años atrás, cuando denunciaba con sus películas, lo quisieron ver callado.
Entre las charlas que ofreció en la Cineteca, dio un espacio a La Jornada. Quería hablar de su arte, pero también de lo que le apasiona: la política, plataforma a la que dio salto definitivo luego de que lo quisieran matar por denunciar.
Lo balearon, pero no es todo, también tuvo unos infartos al corazón que tampoco lo han detenido.
–¿Qué es lo que se necesita para ser político?
–La política es un gesto de amor, un acto de generosidad. Sin entrega, sin el dar, no existe. Es inseparable de la ética, porque hablamos de administrar el bien común. Lo importante es hacerlo con rigor extremo y austeridad. Es imposible ser servidor público y no tener amor por la gente, por la patria. Es respetar, escuchar y querer al otro.
En el Senado de Argentina, Pino señala que es voz independiente que representa la izquierda nacional, no a una calentadora de asientos (curules)
.
Macri se ha estrellado contra una montaña, señala
Comparte que “Argentina está mal, en una crisis monumental. Por suerte, el proyecto del actual presidente (Mauricio) Macri se ha estrellado contra una montaña y va a haber cambios rotundos. No sabemos si terminará su mandato, porque fracasó con medidas inejecutables... Pero aún así, el argentino es un pueblo que sigue resistiendo (…) Las movilizaciones son gigantescas; no va a pasar el plan que tiene con el Fondo Monetario Internacional”.
Por otro lado, en la charla aflora su esperanza con el triunfo en México de Andrés Manuel López Obrador, a quien califica: Él es de los que reivindican a los grandes de América. Será de los personajes míticos que escribirán la nueva historia del pueblo mexicano. Tenemos gran admiración por él y hemos vivido con alegría la inteligencia con la que triunfó. Celebramos sus primeras medidas de austeridad y de combate a la corrupción. Quisiera estrechar su mano y mostrarle que hay muchos políticos que no hemos desertado
.
Habla a través de la cámara
Pino ha hablado más de 50 años con su cámara y aún tiene guardados 17 guiones que no se pudieron filmar, algunos con finales trágicos, porque no he tenido ni tendré productores
.
Sin embargo, se congratula de una nueva serie de las cintas que llama cine de fusión de géneros
, que no es documental, son quizá, revela, el trabajo más importante de su carrera”. En 2002 empezó esta saga de más de 10 películas sobre la crisis de mi país, el cual he recorrido. Son casi 150 personajes que son referentes en sus pueblos; gente sabia. Son testimonios del pueblo argentino. Quizá sea un aporte, de los más grandes que he hecho. Son las historias sensibles y dramáticas que viven los hombres y mujeres en el país, donde hace décadas, iniciamos el primer circuito de cine clandestino en medio de la dictadura
.
Producir, asegura Pino, es ser garante de que la cinta que prometes es la que entregarás en fecha
, aunque como él fue su propio productor: fue a pedir crédito a los bancos e hipotecar su casa.
–Eso le ha dado garantía absoluta de libertad de creación.
–Me siento totalmente libre. Puedo decir todo lo que quiera; incluso al Presidente de la República.