Jueves 19 de julio de 2018, p. 5
El proceso de entrega-recepción entre los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador guarda algunas diferencias respecto del que se dio en su momento con el propio mexiquense y su antecesor, el panista Felipe Calderón, entre ellas la utilización del fondo para las labores de la transición.
En septiembre de 2012, inmediatamente después de recibir la constancia de mayoría como presidente electo, Peña Nieto anunció que su equipo de trabajo recibiría y ejercería los 150 millones de pesos destinados para dichas tareas, mientras el tabasqueño aún no define si utilizará dichos recursos.
El fondo es parte del ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación, relacionado con las provisiones salariales y económicas para los trabajos y actividades asociadas al presidente electo.
Su propósito es servir para labores de difusión del nuevo gobierno, así como para solventar las actividades preparatorias que le permitan crear las condiciones propicias
para cumplir con su labor.
Peña Nieto y Calderón se reunieron en seis ocasiones –una como candidato ganador de los comicios y cinco como presidente electo– para afinar los detalles del proceso de entrega-recepción, en las cuales el priísta reveló los nombres de su equipo de transición y empezó a delinear sus propuestas en materia de seguridad y economía.
En esta ocasión, dos semanas después de su triunfo en las urnas, Andrés Manuel López Obrador se ha reunido una sola vez con Enrique Peña Nieto, en un encuentro durante el cual el mandatario saliente manifestó la disposición de su gobierno para llevar a cabo una transición ordenada y eficiente en beneficio de las mexicanas y mexicanos
.
Otra diferencia en el actual proceso de cambio de gobierno respecto del anterior es la alta afluencia de personas que han acudido a la casa de campaña de López Obrador, ubicada en la colonia Roma de la capital del país, para plantear demandas y peticiones al virtual presidente electo.
En 2012, Peña Nieto no dispuso de un centro de esa naturaleza.