Sábado 23 de junio de 2018, p. 9
San Miguel de Allende, Gto.
Mercados, teatros, plazas y calles de esta ciudad patrimonio cultural de la humanidad son recorridos por el espíritu de Ignacio Ramírez El Nigromante, cuyo bicentenario natal se cumplió ayer.
Conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, debates, una obra de teatro y un concierto, enmarcan la conmemoración de este liberal en la tierra donde nació.
El estudio de su pensamiento ha provocado la exigencia de leerlo e incluirlo en los libros de texto: ‘‘Es necesario que esté en los libros de texto, que su pensamiento impacte en la educación. Hace falta difundirlo más. Es un hombre que por cuestiones históricas y sociales no ha tenido el estudio que debiera tener por muchos y nos parece desde el propio Instituto Nacional de Bellas Artes que es necesario que se recupere, que se hable de su pensamiento”, explica en entrevista con La Jornada Cristina Prado, directora del Centro Cultural Ignacio Ramírez El Nigromante Bellas Artes.
‘‘Es importante –añade– que las personas conozcan su poesía, sus ideales; abrir más seminarios y esperamos que alguien haga la película sobre este personaje. Es una asignatura pendiente.”
Durante la semana de festejos se presentaron el libro Ignacio Ramírez: 200 años de El Nigromante, de Baltazar Brito y Juan Carlos Franco; y el cómic de José Luis Pescador. También se estrenó la obra de teatro Un perro en barrio ajeno, con dirección de Jesusa Rodríguez, coordinadora de los actos conmemorativos. Y el domingo por la tarde se efectuará un magno concierto de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, con dirección de Eduardo García Barrios.
Entre las conferencias para analizar la obra de El Nigromante en poesía, pintura, libertad de pensamiento y periodismo, participó el caricaturista y activista político Rafael Barajas El Fisgón con la ponencia titulada La importancia de Ignacio Ramírez en la lucha por el Estado laico.
El autor del libro Ciclos revolucionarios y contrarevolucionarios definió la personalidad de El Nigromante: ‘‘Era un polemista, un hombre audaz, un visionario, un revolucionario, un hombre de Estado, un rebelde, un erudito, un provocador y sobre todo era un adelantado. Fue el más puro de los liberales puros.”
Recordó su discurso al ingresar a la Academia Literaria de San Juan de Letrán, donde dijo: ‘‘No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos.
‘‘A los 18 años hizo el mayor escándalo. El discurso no se conserva, no sabemos qué dijo, pero marcó al siglo, lo que sabemos es que niega la existencia de Dios. Las palabras causaron conmoción en aquel tiempo y todavía hoy dividen a la sociedad mexicana.”
Hay que entender, dijo, lo que era el México de esa época para saber lo escandalosas que fueron aquellas palabras. ‘‘Y eso lo establece como un personaje ético y uno de los polos del debate político del Siglo XIX.
‘‘México viene de la Nueva España y ésta a su vez de la vieja España que se consolida como Estado en una guerra religiosa que dura 300 años, que gira alrededor de la defensa de la religión católica, una defensa feroz. No hay que olvidar que uno de los santos patronos de España es Santiago Matamoros, el que mata a los infieles’’, añadió´.
Derrota del dogma
El Fisgón recordó una vieja tesis de los librepensadores sobre el dogma. ‘‘En el momento que exista alguien que piense con libertad en ese momento, el dogma y la fe quedan derrotados. Y en nuestro México, el que hizo pública esta actitud fue Ignacio Ramírez. Es a partir de ese momento cuando empieza verdaderamente la derrota del dogma católico en México, no antes.
‘‘Ignacio Ramírez obró todo el resto de su vida en consecuencia con esa actitud y fue una de las figuras más éticas que tuvimos, fue una figura ética desde el punto de vista político, ocupó varios cargos de gobierno, pero murió pobre; fue una figura ética desde el punto de vista intelectual con su rigor, incluso fue una figura ética como literato. Esta proeza no la lleva a cabo solo, cuando él da su discurso en la Academia de Letrán hay un sector que lo deja hablar y terminar y que lo considera una figura ética.”
Por último, destacó la vigencia del pensamiento de El Nigromante. ‘‘La separación del Estado con los poderes fácticos es una tarea pendiente que nos deja Ignacio Ramírez, todavía hoy las lógicas de la fe católica que llamaban al país al atraso y que no los dejaban salir adelante siguen fuertes en México. ¿Saben qué? No hay Dios, pero sí hay Nigromante.”
Por su parte, el profesor chicano emérito de historia de la Universidad de California en Los Ángeles, David Maciel, autor del libro Ignacio Ramírez: ideólogo del liberalismo social en México, ofreció una conferencia magistral sobre el liberalismo radical del personaje.
‘‘La forma en que difiere Ignacio Ramírez de su generación es importante. Él por mucho fue el que más se preocupó por causas sociales, ante todo por derechos de la mujer, de los indígenas y de los obreros. No hubo nadie que abogara por esas causas de toda esa brillante generación. Era un intelectual que llevaba a la práctica sus ideas.
‘‘Era muy adelantado a su tiempo, él abogaba por educación bilingüe para los indígenas y aún está en debate hoy; abogaba por la recuperación de las lenguas indígenas, un tema de todo el siglo XX cuando nadie se preocupaba, ni siquiera intelectuales como Juárez o Altamirano. Lamentablemente no ha sido rescatado del todo en México por su radicalismo y sus principios.”