El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, pidió al gobierno mexicano dar a los migrantes que transitan por el país el mismo trato que se exige a Estados Unidos para los connacionales. Estamos en la obligación de ser coherentes y dar el ejemplo de trato digno y cero tolerancia, pero a la discriminación, agregó.

En la conmemoración del Día Mundial de los Refugiados, ante el titular de la Secretaría de Gobernación, Alfonso Navarrete, el ombudsman conminó a rechazar todas las políticas migratorias que fomentan el odio y la xenofobia, la discriminación y la criminalización de la comunidad migrante.

Aprovechando su presencia, señor secretario, reiteramos que se aplique una revisión y, de ser el caso, se realicen los ajustes que procedan para que el trato y condiciones que en México se aplica a los migrantes irregulares sean las mismas que nosotros exigimos que se apliquen a nuestros compatriotas en Estados Unidos, dijo.

Señaló que si bien México tiene un marco legal robusto para el apoyo a migrantes, en especial a quienes huyen de su país para salvar su vida, se debe garantizar el principio de no devolución.

Para ello, puntualizó, se requiere fortalecer la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) con una adecuada infraestructura material, técnica y humana. Así como armonizar las leyes de migración, refugio, protección complementaria y asilo político con la de derechos de niñas, niños y adolescentes.

Consideramos urgente que la Comar reinicie por completo las actividades suspendidas hace siete meses, pues de ello depende la resolución de cientos de solicitudes que se presentaron en 21 entidades federativas (tanto de centroamericanos como de venezolanos), indicó.

La CNDH señaló, mediante la recomendación 35/2017, el aumento de solicitudes de refugio y el imperativo de no detener a los peticionarios de esta protección, así como el respeto a los principios de interés superior de la niñez y la unidad familiar.

Según cifras de las Naciones Unidas, en 2016 había 22.5 millones de personas en el mundo reconocidas como refugiados, más que en la Segunda Guerra Mundial.