Moscú.

Con tardanza inusual y un documento muy diferente al drástico planteamiento inicial, los diputados de la Duma aprobaron este martes –en tercera y última instancia– la enésima ley de respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados a comienzos de abril pasado, versión que toma del borrador original sólo seis áreas para eventuales medidas, sin entrar en detalles, que quedan a criterio del Ejecutivo.

Elimina, por tanto, otras 10 que habían causado polémica por contraproducentes, como prohibir la importación de medicamentos de laboratorios estadunidenses o europeos que Rusia no fabrica. A cambio, otorga luz verde al presidente Vladimir Putin para suspender cualquier programa de cooperación con Estados Unidos u otro país inamistoso, sin precisar cuáles entrarían en esa categoría.

En palabras de Nikolai Arefiev, presidente adjunto del comité de política económica de la Duma, es una ley aparentemente inofensiva que no permite nada y no prohíbe nada, pues deja que el Kremlin decida qué, cuándo y contra q0uién aplicar las medidas de respuesta.

De hecho, afirman sus críticos, no hacía falta esperar mes y medio para aprobar una ley que concede al Ejecutivo facultades que ya tenía para responder las sanciones foráneas, con o sin el consentimiento formal de un Parlamento, que cuenta con mayoría oficialista de más de tres cuartos del total de escaños.

El Kremlin, entre otras vertientes para aplicar contrasanciones, podrá prohibir la importación de productos –¿cuáles, cuánto, cuándo?, queda en el misterio– de cualquier país que declare inamistoso, así como la exportación hacia ellos; no será posible mantener nexos de cooperación con las organizaciones foráneas que quieran las autoridades rusas; y los extranjeros, algunos, no podrán participar en la privatización de empresas rusas.

Este documento deliberadamente ambiguo, permite al mandatario ruso adoptar cualquier otra restricción que considere necesaria. Además, los diputados aprobaron otra ley que castiga con cárcel que ciudadanos rusos acepten plegarse a las sanciones foráneas o que contribuyan a que éstas se elaboren, dejando amplio margen de interpretación de la norma, lo cual parece tener como destinatarios de la advertencia a muchos opositores que suelen expresar su opinión en voz alta.

A propósito de adversarios del Kremlin, pocos días tardó el Comité de Instrucción de Rusia en encontrar al sustituto del matemático Dimitri Bogatov, exonerado de toda culpa la semana pasada, como presunto culpable de exhortar a participar en una manifestación no autorizada y a realizar disturbios en Moscú a comienzos de abril del año anterior.

Un juez del distrito Presninsky de Moscú acaba de dictaminar la prisión preventiva durante 30 días para Vladislav Kuleshov –de 33 años y habitante de la ciudad de Stavropol–, a quien se acusa de utilizar Internet para cometer los mismos delitos que se imputaban a Bogatov.