Madrid.

En un acto semiprivado, austero y con escasa presencia institucional, Quim Torra tomó posesión del cargo de presidente de la Generalitat de Cataluña, con lo que se convierte en el sexto mandatario catalán desde la restauración de la democracia en el Estado español. El líder independentista copió la formula que empleó su antecesor y mentor político, Carles Puigdemont, de prometer fidelidad al pueblo de Cataluña representado en el Parlamento.

A partir de la toma de posesión de Torra se activarán los nombramientos de los nuevos consejeros (ministros), con lo que quedará anulada la intervención del gobierno español a raíz de la aplicación del artículo 155 de Constitución, que entró en vigor el pasado 2 de noviembre, cinco días después de la declaración de independencia unilateral.

Sin invitados del gobierno central ni de los grupos parlamentarios de la oposición, Torra asumió el cargo rodeado de un pequeño séquito de líderes independentistas, tanto de su formación, Junts per Catalunya, como de Esquerra Republicana de Catalunya. El acto, como es habitual, fue presidido por el presidente del Parlamento, Roger Torrent, quien le entregó la medalla con la que asume el cargo, pero no se la colgó, al entender que su nombramiento es provisional y transitorio.

Reiteró que su prioridad será lograr la investidura de Puigdemont, quien se encuentra fuera de Cataluña desde finales de octubre y actualmente está en libertad bajo fianza en Alemania, a la espera de que la justicia germana decida si lo entrega a España para que sea juzgado por los delitos de rebelión, malversación de recursos públicos y desobediencia.

Torra no hizo alusión a la Constitución española de 1978, ni al Estatuto de Autonomía ni a la figura del rey Felipe VI, como suele ser la costumbre en actos protocolarios.

Durante la ceremonia hubo un profundo malestar entre los medios de comunicación porque se les impidió la entrada. Únicamente dejaron ingresar a los medios públicos catalanes.

En Madrid, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, continuó con su ronda de contactos con el conflicto catalán como telón de fondo. En esta ocasión se reunió con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien le insistió en que prolongara la aplicación del artículo 155 y le advirtió del0 carácter supremacista y xenófobo del nuevo mandatario catalán.