El reto que enfrentará México en los próximos años para lograr una adecuada distribución de los recursos entre generaciones será mayúsculo, ante la presión que vivirán las finanzas públicas en las siguientes dos décadas frente al retiro generalizado de la denominada generación de transición, advirtió la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). Se estima, por ejemplo, que la pensión más alta que ofrece el sistema anterior de pensiones a la generación de transición tendrá un subsidio que equivaldrá a casi 900 por ciento de su ahorro previsional y éste no existe para la generación Afore. De acuerdo con estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, un trabajador que empieza a laborar desde los 25 años pero durante su vida de trabajo acumula en diversos periodos 10 años de no cotización, vería su pensión reducida 22 por ciento respecto de una persona que laboró ininterrumpidamente desde los 20 años. Entre los factores que podrían comprometer la equidad intergeneracional en el futuro destacan: cambios demográfico y secular en el mercado de trabajo; sistemas de pensiones no fondeados; finanzas públicas restringidas; familias reducidas y gastos en salud.