Uno de los más grandes y mejores médicos del siglo XX, maestro distinguido e investigador excepcional. Ese era Jesús Kumate Rodríguez, afirmó ayer el secretario de Salud, José Narro Robles, en el homenaje que las instituciones de salud y de la academia del país rindieron al médico fallecido el pasado lunes.

En el auditorio de la Academia Nacional de Medicina, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)Guillermo Soberón, uno de sus grandes amigos, recordó que Kumate ingresó a El Colegio Nacional en 1974 y que juntos les tocó hacer frente a diversos retos de salud como la llegada del VIH/sida al país y el crecimiento del paludismo.

En esa época, Soberón era secretario de Salud y Kumate subsecretario. Luego, ya como titular de la dependencia federal, el médico pediatra e infectólogo logró la erradicación de la poliomielitis.

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, comentó su labor como académico. Compartió conocimientos y formó con su ejemplo y comportamiento cotidiano.

En cuanto a los múltiples reconocimientos que recibió, el rector destacó que, en 2006, Kumate fue el sexto médico en obtener la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado.

En el acto, la Academia Nacional de Medicina, de la que Kumate era miembro, entregó a su familia una medalla in memoriam. La recibió su sobrina Katia Kumate.

El ex secretario de Salud y ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, comentó los aspectos humanos del homenajeado: era un hombre riguroso, congruente, solidario y generoso, expresó.

El secretario Narro se refirió al médico como uno de los grandes sabios de México. Advirtió que las acciones que diseñó y puso en marcha, como la vacunación universal y el programa de hidratación oral, ha beneficiado a millones de mexicanos.

Recordó que como secretario de Salud, en el sexenio de 1988 a 1994, combatió la última epidemia de sarampión, la cual se eliminó del territorio nacional en 1986.

De igual forma, a Jesús Kumate le tocó encabezar la lucha por la reaparición del cólera. Se empeñó en garantizar la dotación de agua potable a la población y medidas de saneamiento, indispensables para combatir esa infección.

Con eso, además de controlar el cólera, se contribuyó a la disminución de enfermedades gastrointestinales, las cuales eran causa de muerte entre los niños.