Sociedad y Justicia
Ver día anteriorMiércoles 9 de mayo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Integran nanotecnología y son de bajo costo

Desarrollan en la UNAM vacunas fáciles de guardar
 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de mayo de 2018, p. 35

Las vacunas actuales son delicadas y para mantenerse en buen estado requieren refrigeración, desde que se producen hasta su aplicación. Por ello, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollan una nueva tecnología para producir vacunas de bajo costo, que se mantienen a temperatura ambiente y son fáciles de purificar.

Luis Alfonso Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular, explicó que, por sus características, las inmunizaciones no pueden utilizarse en comunidades lejanas donde no hay electricidad, pues es difícil mantenerlas frías antes de aplicarlas.

Al observar este panorama, el académico universitario desarrolló una técnica que involucra nanotecnología, biología molecular y diseño de proteínas.

Se trata de una plataforma universal que es funcional para cualquier tipo de inmunización, donde mediante nanocristales se encapsula la vacuna para protegerla y mantenerla en buen estado a temperatura ambiente durante años.

Lo anterior no sólo reduce los costos de producción de vacunas, sino también los de distribución y almacenamiento, en beneficio de una producción de vacunas de mayor calidad a menor precio.

Para crear esta tecnología, Vaca Domínguez tomó de muestra la forma de sobrevivir de algunos virus de insectos y la copió. Regularmente, los gérmenes que infectan a insectos viven poco tiempo en el ambiente, mueren después de algunas horas o días.

A lo largo de 600 años han evolucionado para subsistir en este planeta. Nosotros copiamos y adaptamos esta forma de sobrevivir de gérmenes de insectos y la adaptamos para su utilización en vacunas.

Cuando los virus que infectan insectos no están dentro de algún mosquito, se alojan en una casa en forma de cristal diminuto denominado nanocristal, viven ahí durante años hasta que encuentran un hospedero.

El científico descubrió que podía usar este mecanismo para mantener las inyecciones. Por muchos años estudió este proceso, desde cómo los virus crean el cristal para sobrevivir, hasta cómo se implantan.

Abundó que una vacuna refrigerada se mantiene en buen estado algunos meses, y con el método de la máxima casa de estudios su vida es de varios años sin requerir refrigeración.

Con esta tecnología, las vacunas se llevarían a cualquier parte del mundo, a lugares inhóspitos donde no hay electricidad como África o comunidades incomunicadas en México. Podríamos inocular de forma muy económica y sin tener que preocuparnos por mantener el producto en buen estado.

Vaca Domínguez dijo que la investigación ya fue patentada y la propiedad intelectual pertenece a la universidad. Una vez que llegue al mercado y demuestre sus bondades, seguramente, varias empresas farmacéuticas querrán utilizarlas.