Jugar a salvar el mundo, a ser astronauta, programador o bailarina no debería ser una cuestión de género. Niños y niñas pueden serlo, pero los estereotipos y roles establecidos en la sociedad continúan limitando su autonomía. Mientras en los hogares y escuelas a los hombres se les estimula a usar las computadoras y los videojuegos, a construir y a crear, a las niñas se les inculcan las actividades de cuidado.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), 75.5 por ciento de las niñas realizan trabajo doméstico, en tanto ellos suman 68.4 por ciento. Además, ellas invierten más horas en estas actividades, aunque los niños lo hacen en mayor porcentaje en condiciones peligrosas, lo cual es una muestra clara de la reproducción de roles desde la infancia.

La dependencia asegura que la ciencia y la tecnología podrían ayudar a las menores a fundar empresas, a mejorar los resultados sanitarios –entre ellos la salud sexual y reproductiva–, la energía, el ambiente y la gestión de los recursos naturales, así como el desarrollo de la infraestructura.

Especialistas refieren que es importante que las niñas usen las tecnologías para no limitar su potencial, pues determinan nuevas formas de trabajo, aprendizaje, participación y entretenimiento.

Para Indira Cornelio, de Tecnología Digital para el Cambio Social (SocialTIC), las niñas expresan curiosidad por Internet, las redes sociales y los celulares. No tienen miedo, se sienten cómodas en un ambiente tecnológico. Las mujeres mayores dicen enseguida que no entienden.

Además, no sólo son consumidoras, pues generan contenidos en las redes sociales. Suben videos, fotografías o relatos de sus vidas cotidianas, hablan de lo que les gusta hacer. Sin embargo, requieren mayor acompañamiento de sus padres o profesores para resolver sus dudas.

ONU Mujeres exhortó a los padres de familia, profesores y sociedad a educar con igualdad de género para tener nuevas generaciones con las mismas oportunidades y derechos.