Durango, Dgo.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) pagará 60 millones de pesos a los 200 ejidatarios cuyas tierras fueron ocupadas para la construcción de la autopista Durango-Mazatlán, informó Arturo Díaz Medina, secretario de Finanzas del gobierno de Durango.

El funcionario precisó que no se han comprometido recursos estatales ni existe una partida para ese rubro, aunque precisó que fue la administración estatal la que obtuvo la respuesta de instancias federales para liquidar a los propietarios.

Es la SCT, en conjunto con otros organismos descentralizados, estarán haciendo las gestiones para que Durango pueda acceder a esos recursos. No podríamos precisar cuánto es de cada organismo, pero sin duda esto va a ser un apoyo federal que demuestra la muy buena comunicación que existe con ellos, dijo Díaz Medina.

Los 60 millones de pesos serán repartidos entre unos 200 labriegos de los ejidos Otinapa, El Pino, Cieneguitas, Garabitos y Arroyo Seco, cuyas tierras abarcan los primeros 45 kilómetros de los 230 que abarca la vía de comunicación inaugurada el 17 de octubre de 2013.

El 28 de julio de 2015 se anunció que esos cinco ejidos habrían de recibir 23 millones de pesos como pago de sus tierras; sin embargo, nunca fueron liberados los recursos.

Para reclamar el pago, desde el 11 de diciembre del año pasado los ejidatarios duranguenses mantienen ocupada la caseta de cobro Garabitos, operada por Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos, en demanda del pago de las tierras e indemnización por los daños provocados por la ocupación de la superficie.

El 8 de octubre de 2015 se pactó el pago de 135 millones de pesos por daños y derecho de vía al ejido Pueblo Nuevo y otros pequeños grupos ejidales cuyas tierras se encontraban del kilómetro 100 al 150, en una zona de bosque denso.

Ese pago, que se cumplió en diciembre de 2015, se distribuyó entre al menos mil 503 campesinos del ejido Pueblo Nuevo, luego de la inauguración total de la vía, el 17 de octubre de 2017.

La autopista Durango-Mazatlán permite reducir de seis a tres horas el tiempo de traslado entre ambas ciudades.