María del Carmen de Lara Rangel, directora del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), negó los señalamientos que le imputa la comunidad del centro de estudios: La transparencia es mi tema y hay a algunos que les cuesta trabajo entender que una mujer dirija esta institución.

De Lara Rangel aseguró que todo está en regla y que, según su percepción, los señalamientos que se le hacen se deben a que “hace 25 años no había una mujer que dirigiera el CUEC y, sí, creo que hay actos de misoginia, por la manera en la que se refieren a mí, con insultos tipo ‘te voy a agarrar a caballazos’. ¿Eso se lo dirían a un hombre? Soy prudente y durante muchos años he defendido los derechos de las mujeres, lo cual voy a seguir haciendo; pero doy oportunidad a que cada quien exponga su carta. Creo en eso, porque eso es lo que he defendido toda mi vida y durante mi trabajo como docente”.

Aclaraciones

Aclaró: “No tengo tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); ahí soy técnica académica con un permiso sin goce de sueldo, que se vence en junio de este año, y tengo que volver hacer mi solicitud. Llevo 17 años de docencia entre la UAM y la UNAM. Mi vida seguirá en la docencia y en el cine después de este puesto...

Tampoco es cierto que estuve cobrando en la UAM y la UNAM; mi permiso está desde que tomé la dirección del CUEC... Aquí, en la Universidad Nacional, tengo un interinato de tiempo completo que no es definitivo.

Sobre los despidos de maestros y otro personal, señaló: “No hemos despedido a ningún docente. Despedimos a alguien por robo. Hicimos rescisión en otro caso por acoso sexual y manoseo... Pero no hemos despedido a ningún docente... en algunos casos hay resistencia al cambio...

“No sé quienes hayan ido a La Jornada, pero yo me reúno con todos los maestros decanos y las decisiones las hemos hecho en los distintos campos de estudio; se ha integrado gente joven y hay resistencia de algunos maestros que no creen en estos campos. He integrado a algunos chavorrucos, como de 40 años, pero es gente que se tiene que incorporar porque así lo exige el nuevo plan de estudios.”

Del retraso en la transformación de Centro de Estudios a Escuela de la UNAM, De Lara refirió: “Al contrario, hice el documento para que el centro se convirtiera en escuela; yo llevé el proyecto –para que lo aprobara y avalara– al Consejo Asesor del CUEC, porque eso me toca a mí, ya que soy funcionaria. De ahí pasó al Consejo de Difusión Cultural, después al Consejo Técnico de Áreas, en esa etapa fue más o menos cuando dije que el CUEC se convertiría en escuela, pensé que era cuestión de pocos meses, pero en ese momento el Consejo Universitario de la UNAM incluyó un proyecto para todos los que fueran a convertirse en escuelas y nos pidió que hiciéramos un estudio socioeconómico de la dependencia en relación con el campo de trabajo de los alumnos, en eso vino el temblor... se detuvo el proceso, tuvimos que reacomodar el calendario y otros temas, y llegó diciembre.

En enero me reuní con las primeras personas que estaban a cargo de planeación y presupuesto de este estudio socieconómico ya lo terminamos y estamos por entrar al Consejo Técnico del Consejo Universitario, en cuanto me lo marquen por supuesto... una vez que suceda, iremos por la contención de la escuela, que es por terna.

Programa de Operas Primas

Acerca del pellizco que según ha dado De Lara Rangel al Programa de Operas Primas, sostuvo: “En mi administración se han terminado ya cuatro operas primas, tres de ellas estancadas por dos o tres años, y yo terminé... Trabajamos con la universidad...”

De la red que presuntamente montó para vigilar a sus detractores, sólo señaló que las cámaras de vigilancia estaban antes de que llegara y eran para cuidar el centro de estudios.

De Lara Rangel expresó: Tengamos altura de miras y no nos dejemos engañar... se la han pasado engañándome y amenazándome; los he dejado pasar, porque no me puedo pelear por cada cosa... hay personas que tienen problemas de autoridad, y siendo mujer (la titular) les cuesta más trabajo... Además, son personas que a lo largo de su vida han tenido conflictos con toda la gente con la que se reúnen. Hay que trabajar y apechugar, concluyó.