Buenos Aires.

Mientras el presidente argentino, Mauricio Macri, se reunía con su homólogo español, Mariano Rajoy, quien llegó la noche del lunes a Buenos Aires, y anunciaban su sintonía, especialmente en lo económico y en política exterior, una juez federal cercana al gobierno de Cambiemos dispuso intervenir al Partido Justicialista Nacional (PJ), nombrando como interventor a Luis Barrionuevo, un sindicalista corrupto, lo que fue rechazado por la dirigencia del peronismo que apelará de la decisión judicial.

La juez María Romilda Servini de Cubría fue quien tomó la decisión que sorprendió políticamente, y fue interpretada como una maniobra para impedir la unidad del justicialismo que avanzaba en diversos sectores y amenazaba el futuro político del mandatario en 2019.

Barrionuevo, líder del sector gastronómico, cercano a Macri y con una oscura historia en el sindicalismo, deberá emprender las acciones necesarias tendentes a la normalización partidaria, realizar un inventario de bienes del Partido Justicialista, e informar sobre la situación financiera de la entidad, dispuso la juez.

José Luis Gioja, diputado y ex gobernador de la provincia de San Juan, actual presidente del PJ, quien trabajaba por la unidad de todos los sectores peronistas, denunció que detrás de la embestida judicial está el gobierno, y advirtió que quieren proscribir al principal partido opositor.

Tanto Gioja como otros diputados y políticos compararon la acción de una justicia adicta (a modo) con lo que se vive en Brasil ante la detención del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Acá pretenden proscribir al principal partido opositor.

El partido peronista fue proscrito en 1955, cuando el golpe cívico-militar contra el presidente Juan Domingo Perón, relecto con 60 por ciento de los votos y un fuerte apoyo popular que se mantuvo hasta que pudo regresar al país después de un largo exilio, en 1973.

La noche de este martes, la Policía Federal se apostó a las puertas del PJ e impidió entrar a militantes peronistas. Cuando Gioja quiso hablar con la prensa, los agentes lo patearon. También golpearon a camarógrafos y reporteros.