En los pasados 20 años ha habido en México más de 180 casos importados de sarampión, señaló el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Narro Robles, quien indicó que desde 1996 no tenemos ni un caso de sarampión autóctono.

Entrevistado en la inauguración del 32 Congreso Internacional de Gerontología y Geriatría, remarcó que lo anterior quiere decir que no está circulando el virus en el país y destacó que ante la eventual llegada de casos foráneos lo que tenemos que hacer es mantener la vigilancia epidemiológica.

Luego de que a mediados de marzo se presentaran tres casos de la enfermedad en Ciudad de México y hace unas cuantas semanas otro en Baja California, manifestó que por fortuna tenemos un sistema de control muy robusto que nos ayuda a detectar tempranamente y evitar contactos y hacer los cercos epidemiológicos necesarios.

Recordó que la última gran epidemia ocurrida en la República fue entre 1989 y 1990, cuando se registraron más de 60 mil casos de sarampión y tuvimos que lamentar el fallecimiento de más de 8 mil personas, la mitad de ellos niños de cinco años o menos.

Subrayó la eficacia de los programas de vacunación, gracias a lo cual se pudo controlar este padecimiento en el país, pero de cuando en cuando tenemos casos importados.

En cuanto a los principales padecimientos y causas de muerte en la población adulta mayor, dijo que son la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. En su conjunto estos casos causaron, durante 2016, más de 300 mil defunciones, informó Narro Robles.

Indicó que se han logrado avances importantes en el campo de los padecimientos infecciosos que afectan a este grupo de población. Hoy el gran pendiente es vencer a las enfermedades crónicas degenerativas.

Enfatizó que una sociedad que cuida, se preocupa por sus adultos mayores y les garantiza sus derechos para que tengan bienestar durante la última etapa de su vida, es un gran indicador de dignidad colectiva.

Señaló que no sólo se trata de vivir la mayor cantidad de años, sino que éstos sean con calidad y tener una muerte digna y destacó la necesidad de tener un envejecimiento saludable.

Ahora, México es distinto, con problemas que aún no se han resuelto, pero no se puede negar que se ha avanzado en comparación con lo que pasaba en las décadas de los años 50, cuando la tasa de mortalidad infantil era de 130 defunciones por cada mil nacidos vivos. Era altísima, más de 13 por ciento. Hoy se ha reducido 90 por ciento.

Aseguró que ser adulto mayor es una representación del triunfo en la vida. Llegar a la edad que varios mexicanos tenemos es haber derrotado muchas condiciones adversas, es haber salido adelante.