No podía creerlo cuando le avisaron al joven boxeador Jaime Munguía que podía ser el sustituto de Saúl Canelo Álvarez para el 5 de mayo en Las Vegas. Ha recibido elogios de importancia, entre ellos la tradicional revista estadunidense The Ring lo nombró mejor prospecto de 2017 y lo llamó la próxima estrella del boxeo mexicano.

Pero esta vez su nombre se mencionó como uno de los posibles rivales emergentes para enfrentar al kazajo Gennady Golovkin, tras la cancelación del Canelo relacionada con el positivo por clembuterol que arrojó en una prueba antidopaje.

Munguía, de 21 años, lleva trayectoria invicta de 28 combates, pero todavía no ha peleado más de 10 episodios, además de que hasta ahora lo ha hecho en la división superwélter, una abajo de la que domina Golovkin.

Era una oferta que no podía rechazar, explica; una oportunidad de este tamaño, con la que soñamos toda la vida... nadie se atrevería a decir que no.

Sin embargo, la Comisión Atlética de Nevada consideró que Munguía aún no estaba en condiciones de enfrentar a un boxeador de experiencia como el kazajo.

Me parece absurdo que me nieguen el permiso para pelear contra Golovkin, dice Munguía; “no sé por qué no me dejan, pero sí le dieron permiso a Conor McGregor –artemarcialista sin experiencia previa en el boxeo– para pelear contra Floyd Mayweather el año pasado”.

El veterano entrenador Ignacio Beristáin, sin embargo, consideró que era muy pronto que un joven como Munguía enfrentara a Golovkin. Sin dejar de reconocer todo el talento del tijuanense, advirtió que aún necesitaba más horas de vuelo antes de asumir un riesgo de esta magnitud.

Creo que Beristáin quería darme algo así como un consejo, matiza Munguía; como si me pidiera que fuera paciente. Pero repito: qué boxeador con hambre verdadera de triunfar dejaría pasar una oferta como ésta.

Tampoco cree que Golovkin pudo estar interesado en enfrentar a un joven con menos experiencia. Por el contrario, lo que sospecha que los llevó a pensar en él fue su nacionalidad.

Pienso que les interesaba aprovechar la fecha del 5 de mayo en Estados Unidos, importante para los mexicanos y sus descendientes; comercialmente funciona para Golovkin.