San Salvador Atenco, Méx.

La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) y la explotación de más de 150 minas en la región de donde se extraen materiales pétreos, genera un ecocidio de dimensiones extraordinarias, aseguraron representantes de las comunidades afectadas de al menos 12 municipios, quienes conformaron un frente y se declararon en resistencia permanente contra la obra y en defensa de la naturaleza y la vida.

No es imposible que se cancele el nuevo aeropuerto como nos dicen. Sí se pude echar abajo su edificación a estas alturas porque ya son gravísimas las afectaciones que ha dejado y se pueden multiplicar aún más si dejamos que se termine, sostuvieron.

Los activistas, entre ellos integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, anunciaron que aplicarán un plan de lucha que incluye movilizaciones, como una marcha de la zona arqueológica de Teotihuacán hacia Atenco, y campañas de información sobre las afectaciones del proyecto aeroportuario en comunidades, universidades, redes sociales y medios de comunicación. Adelantaron que las protestas incluirán una jornada para recordar el 3 y 4 de mayo la represión sufrida en San Salvador Atenco, en 2006.

Durante el encuentro Por la defensa de la Tierra contra el NAICM, efectuado en la explanada de este municipio, representantes de comunidades de los municipios de Temascalapa, Tezoyuca, Tepetlaoxtoc, Otumba, Teotihuacán, San Martín de las Pirámides, Acolman, Texcoco, Ixtapaluca, Chalco y Nopaltepec relataron las afectaciones e impactos que ha dejado la edificación del nuevo aeropuerto.

Sócrates Silverio Galicia Fuentes, profesor de la Universidad Autónoma Chapingo, dijo que el lecho del ex Lago de Texcoco es un sitio inviable para la construcción del NAICM, obra que constituye un ecocidio de dimensiones extraordinarias.

Vecinos de San Luis Tecuhautitlán, Temascalapa, indicaron que con la explotación de una mina se destruye actualmente el cerro de Tecomasúchil, en perjuicio del medio ambiente y de especies nativas como escamoles y ajolotes.

Juan Pablo Murillo Zermeño, de Tepetlaoxtoc, aseguró que su municipio es el más impactado por la minería para proveer de materiales, pues actualmente se explotan más de 40 minas, lo que ha destruido sitios arqueológicos y en más de un caso ha afectado viviendas por el uso de explosivos.

Habitantes de San Pablo Atlazalpan, Chalco, expusieron que la empresa Sipsa comenzó a explotar una mina en su localidad para extraer basalto las 24 horas del día.