Puebla, Pue.

El Instituto Nacional de Migración (INM) entregó a integrantes de la caravana Viacrucis Migrante 917 documentos; 635 de los escritos son oficios de salida que ofrecen a los portadores un plazo de 30 días para partir del país por cualquiera de sus fronteras. El resto de los folios autorizan al portador a tramitar visas humanitarias ante el INM.

El Viacrucis Migrante, que pretendía llegar a los límites entre México y Estados Unidos, se disolverá el próximo lunes, ante las amenazas del presidente del país vecino, Donald Trump, que desplegará elementos de la Guardia Nacional en su frontera con la República Mexicana, pero en la mente de los centroamericanos que llegaron el miércoles a Puebla no pasaba la posibilidad de echarse para atrás.

El grueso de la caravana salió ayer de Oaxaca a la capital de Puebla, donde un equipo de asesores y abogados estadunidenses los esperó en la parroquia de La Concepción del barrio Aquiles Serdán para ofrecer a los migrantes información sobre trámites a quienes busquen obtener asilo.

Un camión con integrantes de la caravana llegó desde el 4 de abril a la ciudad de Puebla, entre ellos Cindy Meléndez, procedente de Honduras. “No interesan los riesgos, no importa ir solo, peor sería regresar a donde (opera el grupo criminal) los Maras, a donde no se puede vivir en paz, en aquel sitio en el que policías y delincuentes son prácticamente lo mismo”, expresó Cindy en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

En tanto, en Matías Romero, Oaxaca, el hondureño Bryan, de 17 años, manifestó haberse sumado al Viacrucis Migrante porque en su país temía por su vida, la de su madre y la de su hermano menor. Narró que a los 10 años de edad formó parte de una banda, ha crecido en medio de la violencia y de las drogas, y hace siete años asesinaron a su hermano, quien era jefe de pandilleros.

Bryan, inquieto y risueño, sueña con llegar a Estados Unidos, trabajar y vivir en paz. Confía en que el destino le brinde esa segunda oportunidad, y la sabrá aprovechar.

(Patricia Gutiérrez Rodríguez / La Jornada de Oriente y Diana Manzo, corresponsal)