Jerusalén.

Centenares de peregrinos acudieron este domingo a la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, lugar de la resurrección de Cristo, según la tradición, para celebrar la fiesta cristiana de la Pascua.

Esta conmemoración significa el milagro de la resurrección de Cristo, y es celebrado este domingo por el rito latino, mientras los cristianos ortodoxos lo festejarán el 8 de abril.

En la misa que ofició Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del patriarcado latino de Jerusalén, mencionó en su homilía los conflictos que encienden la región.

La muerte marca este tiempo

Nuestro tiempo está marcado por la muerte. La vemos en todas partes alrededor nuestro. La vida parece tener poco valor en nuestro entorno. Aquí se muere fácilmente, afirmó.

En Pascua, anunciamos una vida que ninguna muerte sabría apagar. Anunciamos una esperanza que nos habita ya y nos da la fuerza de correr afuera de nuestros sepulcros y anunciar la vida que nos ha conquistado, declaró el sacerdote.

La tradición cristiana sitúa en el Santo Sepulcro los últimos episodios de la Pasión de Cristo, su crucifixión, su ingreso a la tumba y su resurrección la mañana de Pascua.

Las celebraciones son organizadas allá a horas diferentes con los todos los detalles para evitar las fricciones entre las diferentes iglesias cristianas (griega ortodoxa, católica romana, apostólica armenia, copta, siriaca ortodoxa y etíope ortodoxa) que comparten cada rincón de la basílica.

El Santo Sepulcro está en Jerusalén Este, en la Ciudad Vieja, ocupada y anexada por Israel.

La tumba de Cristo fue renovada en marzo de 2017 tras nueve meses de trabajo.

Los cristianos representaban más de 18 por ciento de la población de Tierra Santa durante la creación del Estado de Israel en 1948, pero son ahora menos de 2 por ciento, en su mayoría ortodoxos.