El proceso para cubrir las dos vacantes en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (Inai) debe endurecerse para evitar las cuotas partidistas y casos como el de la ex comisionada, Ximena Puente de la Mora, quien dejó el cargo días antes de cumplir con su mandato para acceder a una diputación pluronominal del PRI, advirtieron senadores del PAN y del PT-Morena.

Es necesario garantizar que quienes accedan al cargo sean realmente autónomos y no actúen en función de una posición política a futuro, consideró el vicecoordinador del PT-Morena, Zoé Robledo. Dijo que es necesario que el proceso para elegir a quienes habrán de sustituir a Puente de la Mora y la comisionada Arely Cano, –cuya gestión concluyó el pasado día 30– sea transparente y no impere la repartición de cuotas.

La senadora del PAN, Marcela Torres Peimbert, coincidió con lo anterior. A su juicio deben comparecer las 34 candidatos que se inscribieron para contender por el puesto a fin de valorar sus perfiles, experiencia y capacidad y no el respaldo de algún grupo.

Al preguntársele sobre las versiones que han circulado en el sentido de que el PRI impulsa a una aspirante, Cynthia Patricia Cantero Pacheco, actual titular del órgano de transparencia de Jalisco, hija de un magistrado con fuertes conexiones en el tricolor, los senadores Robledo y Torres Peimbert insistieron en que por eso el proceso debe ser cuidadoso a cargo de las comisiones dictaminadoras y no de la Junta de Coordinación Política, como se pretende.

Integrante del Grupo Anticorrupción del PAN, Torres Peimbert expuso que aunque la convocatoria no lo especifica, ahora que se reanuden labores la próxima semana debe convocarse a las comisiones para acordar los términos de las comparecencias de los 34 aspirantes, realizar todo el proceso a través de parlamento abierto y revisar cada currículum con pinzas.

La panista insistió: No hay candidatos químicamente puros, pero el Senado no puede volver a permitir un atropello como el de Puente de la Mora que antes de pasar al PRI se anotó para contender por el cargo de fiscal anticorrupción, cuando en realidad en sus proyectos estaba aceptar cargos partidistas.