En caso de una pandemia no se podría garantizar la capacidad de respuesta de la Ssa
Revelar detalles pondría en riesgo su fabricación en México, aseguran en el laboratorio
Investigación de mercado revela que, al menos, podrían existir otros dos posibles proveedores
Martes 20 de marzo de 2018, p. 31
Por considerar que es un asunto de seguridad nacional
, el Laboratorio Biológicos y Reactivos de México (Birmex), dependiente de la Secretaría de Salud (Ssa), reservó por cinco años la información relativa al contrato plurianual (2018-2032) para la venta de vacunas contra influenza y pentavalente, el cual obtuvo mediante adjudicación directa del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia).
En respuesta a una solicitud de información, Birmex admitió que revelar los detalles de dicho documento podría poner en riesgo el proyecto para que en México se fabrique la vacuna contra influenza estacional y pandémica.
De por sí, el plan tiene un retraso de al menos seis años, pues se preveía que la producción del biológico en territorio nacional se lograría a partir de 2012. Hasta ahora, sólo existe y funciona la planta donde se elabora la sustancia activa de la vacuna, propiedad del laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur.
Se suponía que la parte complementaria (formulación, envasado y acondicionamiento) estaría a cargo de Birmex en la fábrica ubicada en Cuautitlán, estado de México. Esto cambió con la creación de una asociación público-privada (APP), cuyos detalles también se mantienen en secreto.
Para cumplir con el convenio plurianual con el laboratorio, suscrito el 29 de diciembre de 2017, el Censia obtuvo la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)para disponer de más de 17 mil 515 millones de pesos. Este es el monto que pagará por el biológico antinfluenza (entre 270 millones y 291 millones de dosis) y de pentavalente acelular (de 23 a 57.4 millones de dosis) durante la vigencia del acuerdo comercial.
Autosuficiencia, pendiente
Este contrato está atado a otro entre Birmex y Sanofi Pasteur, relativo a la producción de la vacuna contra la influenza. Cuando se informó sobre este proyecto, hace más de una década, se planteó que México sería autosuficiente en este tema, mediante la transferencia de tecnología por parte de la firma de capital francés a Birmex, empresa mayoritariamente estatal que depende de la Ssa.
Información obtenida en la industria farmacéutica cuestiona la legalidad del trato entre Birmex y el Censia, porque la investigación de mercado reveló que además de aquél hay, por lo menos, otros dos posibles proveedores de la vacuna contra influenza y uno más de la pentavalente.
Las empresas respondieron a la solicitud del Censia para que presentaran sus propuestas de cotizaciones. De acuerdo con la Ley de Adquisiciones, señalaron las fuentes, lo que procedía era la convocatoria a una licitación pública. La competencia promovida de esta forma habría garantizado las mejores condiciones de compra para el Estado.
En sesión extraordinaria, el pasado 9 de febrero, el Comité de Transparencia de Birmex admitió que revelar los detalles del convenio comercial, en específico los precios acordados para la compra del biológico y si resultara que en el mercado existen mejores propuestas económicas (más baratas), el contrato plurianual tendría que concluir. En ese caso, no se construiría la fábrica de la vacuna antinfluenza.
De ocurrir una pandemia, se señala en el documento, el Estado no tendría la capacidad de garantizar la vacunación y se rebasaría la capacidad de respuesta de los servicios de salud, generando caos y altas tasas de morbilidad
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