Los acuerdos de 2015 no se han cumplido; prosiguen vejaciones y pagos miserables
sin palabra
Martes 20 de marzo de 2018, p. 14
La lucha de los jornaleros de San Quintín por salarios dignos y prestaciones como su inscripción al Seguro Social cumplió tres años y el gobierno federal ha hecho caso omiso de todos los compromisos que firmó con estos trabajadores, ya que las autoridades no tienen palabra
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El Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas denunció lo anterior y sostuvo que continúan las vejaciones de parte de empresas, patronos y mayordomos
contra estos trabajadores e incluso mujeres jornaleras sufren de agresiones sexuales por parte de sus empleadores, por lo que seguirán las movilizaciones y acciones de lucha de este sector.
Este gremio recordó que el 17 de marzo de 2015 cerca de 70 mil jornaleros del Valle de San Quintín, Baja California, llevaron a cabo una huelga en demanda de mejores salarios, ya que les pagan por destajo, sin prestaciones, y laboran en condiciones deplorables, además de que hay mucho trabajo infantil en los campos agrícolas.
Expuso que la lucha es el único camino para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores, muchos de ellos jóvenes, que laboran en el campo, ya que son sujetos a enganchadores que cobran incluso por colocarlos, les pagan salarios a destajo, sin ninguna prestación, los tienen viviendo en galerones en los que además les cobran la renta y sin servicios sanitarios adecuados, y con jornadas extendidas más allá de las 10 o 12 horas, todo lo cual es violatorio de la Ley Federal del Trabajo.
A todo ello se iba a dar respuesta según un acuerdo que firmó el gobierno federal –a través de las secretarías de Gobernación y del Trabajo–, con los jornaleros de San Quintín, el cual contemplaba 13 puntos que no se cumplieron, como: campaña de afiliación de estos trabajadores al Seguro Social; transparentar el pago de salarios y que se les entreguen en su lugar de trabajo y sin condicionarlos.
Vivienda digna, en condiciones de seguridad e higiene; alimentación; respecto a los derechos laborales y humanos sobre todo de mujeres y sus familias; certificación de empresas libres de trabajo infantil; programas sociales para este sector; creación de un fideicomiso de inversión para el desarrollo de la zona, con recursos de las empresas y los gobiernos estatal y federal y sobre todo salario mínimo digno para ellos. Nada se ha cumplido, a decir de dicho sindicato.
Lejos de ello, llegaron a la zona sindicatos de protección
que, en contubernio con empresarios, obligaban a los jornaleros a firmar su adhesión a los mismos y firmarles documentos en blanco, so pena de que de no hacerlo, no tendrían trabajo, sostuvo esta organización.