Es el mejor resultado en 18 años que lleva al frente del Kremlin
El índice de participación casi alcanzó la meta de 70% del padrón ruso
Martes 20 de marzo de 2018, p. 24
Moscú.
De acuerdo con las cifras oficiales, el relecto presidente Vladimir Putin obtuvo en los comicios del domingo su mejor resultado electoral en los 18 años desde que despacha en el Kremlin: 76.65 por ciento de los votos depositados y una participación de 67.50 por ciento del padrón.
Así lo informó este lunes Ela Pamfilova, presidenta de la Comisión Central Electoral (CCE), la máxima instancia en la materia que, lejos de ser imparcial, depende del Ejecutivo ruso, al destacar que Putin recibió el respaldo en las urnas de 56 millones 202 mil 497 rusos.
El candidato del Partido Comunista, Pavel Grudinin, sacó 11.81 por ciento; el populista al servicio del Kremlin, Vladimir Zhirinovsky, 5.67 por ciento; la periodista de TV y aspirante liberal, Ksenia Sobchak, 1.66 por ciento, y los restantes cuatro candidatos, porcentajes insignificantes.
Estos son los resultados definitivos –con 99 por ciento de las boletas ya contadas– y, obviamente, hay muchos rusos que se identifican con Putin y votan por él sin necesidad de que nadie los obligue, pero decir que recibió el domingo anterior más de 56 millones de sufragios parece una exageración que sólo pretende probar que la mayoría abrumadora de rusos apoya la política del Kremlin.
Lo más singular del dato de asistencia que ofreció Pamfilova –si ya sonaba raro que la participación haya subido 8 puntos en la última hora antes del cierre de las casillas para situarse casi en 60 por ciento, con 90 por ciento del escrutinio, es que, por la mañana de este lunes, haya podido llegar a 67.50 por ciento.
También llama la atención que, con tan sólo unas horas de diferencia, la CCE haya aumentado el registro nominal de ciudadanos con derecho a votar en más de millón y medio de personas. El domingo eran aquí en Rusia, sin contar a los casi 2 millones de votantes en el extranjero, 107 millones 200 mil electores, y este lunes se volvieron 108 millones 727 mil. A comienzos de este año, el padrón tenía casi 111 millones, de los cuales 108 millones 927 mil estaban inscritos en Rusia y un millón 800 mil en otros países, pero hace unos días Pamfilova aclaró que, para los comicios, borraron a cerca de 2 millones de personas, cuyos nombres se repetían, tenían varias direcciones, emigraron sin registrarse en los consulados o habían fallecido.
Finalmente, con artilugios como éstos, la poderosa Oficina de la Presidencia rusa –que diseñó la estrategia para el triunfo arrollador de Putin– casi logra cumplir la fórmula de 70+70=50+1 (70 por ciento de votos con 70 por ciento de asistencia, el resultado ideal para Putin) que su director adjunto a cargo de la política interna, Serguei Kiriyenko, encomendó como meta a alcanzar a los vicegobernadores de todas las regiones de Rusia en un seminario hace unos meses.
Los gobernantes de las entidades de la Federación hicieron su aporte a la victoria y en muchos lugares se esforzaron para que los resultados se aproximaran a la fórmula impuesta desde Moscú.
Es difícil poder cuantificar todas las irregularidades, aunque se presentaron numerosas denuncias –las cuales salvo mínimas excepciones no tendrán ningún efecto al no tomarlas en cuenta la CCE–, que muestran que el domingo anterior hubo casos de alteración de actas en las casillas; de personas que votaron varias veces; de sufragios atribuidos a individuos que no asistieron y el largo etcétera de recursos habituales en este tipo de comicios.
Otro factor que favoreció a Putin es el elevado número de empleados de las grandes corporaciones públicas, militares, médicos, maestros, estudiantes del interior de Rusia y otras categorías cuyos ingresos dependen del presupuesto, los cuales antes de la votación recibieron un repentino aumento de sueldo.
El desplome del Partido Comunista se debió a que está cambiando su tradicional electorado, que en las anteriores presidenciales proporcionó a su candidato más de 17 por ciento, ya sea porque muchos pensionistas –y nostálgicos de la época soviética– ya fallecieron, o por que los que tienen más de 55 años (edad de jubilación para las mujeres; 60 para los hombres), muchos de los cuales carecen de otra fuente de información que la televisión pública, están convencidos de que Putin es el mejor presidente que puede tener este país.
La oposición de corte liberal al Kremlin, en el otro extremo, no tiene ninguna posibilidad de unirse en el corto plazo, fragmentada por las ambiciones de liderazgo de sus figuras más conocidas, como quedó de manifiesto en la fallida conversación que mantuvieron la noche del domingo Ksenia Sobchak y Aleksei Navalny, cuando la candidata invitó al abogado y dirigente del Frente de Lucha contra la Corrupción a formar una coalición de cara a siguientes elecciones: la propuesta terminó en recriminaciones recíprocas subidas de tono que no llevan a ningún sitio.