San Francisco.

Una mujer murió atropellada por un vehículo de conducción autónoma de Uber en Arizona, informó ayer la policía, tras lo cual la compañía dio a conocer la suspensión de su programa de coches autoguiados en ciudades de Estados Unidos y Canadá (Phoenix, San Francisco, Pittsburgh y Toronto).

El hecho se dio cuando las compañías presionan para obtener la autorización regulatoria a fin de ofrecer servicios de viajes en vehículos sin conductor tan pronto como el próximo año.

El incidente podría descarrilar los esfuerzos para acelerar la introducción de vehículos autónomos a gran escala.

El vehículo iba al norte [...] cuando una mujer que caminaba fuera del paso peatonal cruzó la carretera de oeste a este y fue atropellada por el vehículo de Uber, indicó la policía de Tempe, suburbio de Phoenix, en un comunicado.

La mujer murió luego en el hospital a causa de las lesiones, agregó la policía. No se divulgó el nombre de la víctima, pues aún no se había notificado a sus familiares, explicó la policía.

El vehículo involucrado en el accidente fue un Volvo, indicó una persona ligada al asunto. Imágenes de la televisión local en la escena mostraban una bicicleta dañada y un Volvo XC90 con una abolladura en el frente.

Inician pesquisas

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte dijeron que estaban enviando equipos para investigar el accidente. La NHTSA también señaló que estaba en contacto con Volvo.

Nuestros corazones están con la familia de la víctima, dijo Uber vía Twitter. “Estamos cooperando plenamente con @TempePolice y las autoridades locales mientras investigan este incidente”, indicó.

El primer accidente mortal de un coche autónomo fue reportado a mediados de 2016 e involucró a un Tesla.

El Tesla Model S, manejado en piloto automático, no logró detectar a un camión que cruzaba contra un cielo brillante, lo que provocó la muerte del conductor. Más tarde se supo que éste mantuvo las manos fuera del volante durante periodos prolongados, pese a las advertencias de no hacerlo.

Igual que sucedió con el accidente fatal del Tesla, el de Uber probablemente avivará las preocupaciones de que la industria se está moviendo demasiado rápido para desplegar vehículos que se conducen por sí mismos.