El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, advirtió que tendría efectos catastróficos para el país suspender la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), como lo propone el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.

Resaltó que hay una inversión de casi 150 mil millones de pesos ya contratados y 7 mil 500 millones de dólares en bonos verdes que están financiando el megaproyecto, por lo que la suspensión provocaría problemas legales, ya que las 292 empresas participantes se van a amparar si se cancela la obra y de seguro ganarían.

Habrá, además, consecuencias sociales, ya que se perderían los 45 mil empleos que ha generado la construcción del aeropuerto en el ex lago de Texcoco y lo más importante, se perdería la confianza y el crédito de México al suspender una obra de esta dimensión de un día para otro, insistió Ruiz Esparza.

Luego de llevar a los senadores del PRI a un recorrido por la zona –cuya finalidad pareció ser el reiterar lo inoperante de las propuestas de López Obrador– el secretario de Comunicaciones y Transportes reiteró que parte de salvaguardar el estado de derecho es respetar los contratos que el gobierno firmó con empresarios “que se han apoyado en créditos bancarios para participar en la construcción de ese aeropuerto, que será el segundo más grande del mundo.

El coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, expresó plena certeza de que no se suspenderá la obra –programada para concluir en 2020– ya que, sostuvo, el próximo presidente de la República será José Antonio Meade, no López Obrador.

Ruiz Esparza no lo puede decir, pero yo sí, recalcó Gamboa Patrón, entre risas y aplausos de los integrantes de su bancada, de ingenieros, técnicos y los funcionarios que acompañaron a Ruiz Esparza, entre ellos el director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Federico Patiño, quién dijo que de cancelarse el proyecto, se perderán 3.3 puntos del PIB, que generará el aeropuerto cuando esté en operación.

La senadora del PT-Morena, Luz María Beristáin, quien estuvo en el recorrido, sonreía nerviosa y al final explicó que asistió porque no sabía que la visita era sólo para priístas.

Antes de que los senadores constataran los avances en la cimentación del terreno en que se erigirá el edificio terminal, la torre de control y dos de las seis pistas de aterrizaje, en el campamento de la obra se proyectaron videos en los que según expertos estadunidenses del Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación, resaltan que desde el punto de vista aeronáutico es inviable construir dos pistas alternas en la base de Santa Lucía, debido a que hay una interferencia en un punto cercano.