El servicio de la línea 7 del Metrobús tardará entre siete y 10 días en estabilizarse, señaló el director de este sistema de transporte, Guillermo Calderón Aguilera, quien minimizó las quejas de los usuarios que ahora deben pagar doble pasaje para llegar a Santa Fe, al aducir que sólo 6 por ciento de quienes utilizan dicha ruta tiene como destino esa zona de la ciudad.

Dijo que ante el caos vial que se genera en Paseo de la Reforma, desde la calle Lieja hasta el Campo Marte, el Gobierno de la Ciudad de México implementa un operativo permanente para agilizar la circulación y evitar que el transporte público concesionado haga base a la altura del Auditorio Nacional, en el que participan la policía de tránsito, la Secretaría de Movilidad y el Instituto de Verificación Administrativa.

El funcionario informó que en su primer día de operaciones, la línea 7, que corre sobre Paseo de la Reforma, dio servicio a más de 95 mil personas con 82 de los 90 autobuses de doble piso con que cuenta, con un tiempo de recorrido de 68.5 minutos de Indios Verdes a Campo Marte, que ayer, aseguró, se redujo a una hora y seguirá disminuyendo en los siguientes días.

Calderón Aguilera agregó que ante eventualidades, como manifestaciones, se implementarán circuitos dinámicos para avanzar o retraer los tramos de operación, según sea necesario. Afirmó que 94 por ciento de los 130 mil usuarios diarios que se prevé utilizarán la línea 7, tendrán beneficios como una reducción en la tarifa, pues de siete pesos que costaba el autobús, ahora pagarán seis pesos en el Metrobús; además del transbordo gratuito con las líneas 1, 3, 4 y 6.

Aunque los retrasos y las largas filas continuaron en el segundo día de operaciones de la línea 7, las nuevas unidades de doble piso han despertado curiosidad, interés y hasta simpatía entre el público que las aborda en las horas que no son pico, siempre y cuando los pasajeros no tengan que transbordar para tomar y pagar otro transporte hacia Santa Fe y más bien las utilicen como viaje recreativo o turístico.

Este martes usuarios manifestaron de nueva cuenta que los retrasos se deben a que el Metrobús va lento y que debe compartir el carril confinado con decenas de autobuses y microbuses, pero las quejas más sentidas son las que tienen que ver con la pérdida de tiempo en el transbordo y las largas caminatas que deben hacer para abordar otro transporte, así como el estrés y el doble pago que ahora deben hacer para trasladarse a sus destinos.

Muchos otros usuarios realizaron largas filas en la parada Auditorio Nacional, donde tienen que esperar alrededor de 15 minutos para abordar un transporte que los lleve a Santa Fe, Satélite o a Cuatro Caminos, por lo que varios optaron por caminar más de un kilómetro para llegar a sus trabajos en la zona de las Lomas de Chapultepec, pues a la hora pico es prácticamente imposible abordar un transporte hacia el poniente de la ciudad. En resumen, más estrés y pérdida en calidad de vida para miles de capitalinos caracterizaron el día dos de la línea 7 del Metrobús.