e preparan para las elecciones y su resultado, vendiendo lo más posible del país. Anuncian que en los meses finales del sexenio entregarán mediante concursos lo más posible, en especial de Petróleos Mexicanos (Pemex), al que los gane
. Ya sabemos que será a empresas trasnacionales y, en menor escala, a multimillonarios locales.
Ya rebajaron, por ejemplo, la producción de gasolina de Pemex, de 437 mil barriles diarios en 2013, primer año de la administración, a 187 mil en enero del presente año. Menos de la mitad.
Y un ejemplo más, también rebajaron la producción del combustible diesel, de un volumen de 313 mil barriles en 2013 a 136 en enero pasado. También menos de la mitad. Y ya hemos expuesto otros casos en artículos anteriores.
Hemos demostrado, en artículos como el intitulado La producción petrolera liquidada gradualmente por el gobierno, del 14 de enero pasado, que esto es parte de una política antinacional. Y que no es simplemente resultado de una crisis supuestamente mundial con artículos como el titulado Asia y Pacífico, crecimiento presente y futuro, del pasado 31 de diciembre.
Existe una relación entre la producción total nacional y la de Petróleos Mexicanos que tiene gran influencia en aquélla.
Además de los ejemplos mencionados sobre la gasolina y el diesel, hubo bajas mayores que las del petróleo crudo y el gas natural.
Nos basamos también en la Memoria de Labores de 1981, última de Pemex anterior al cambio nacional de la política económica del país.
Se dice que hay seis refinerías, hubo antes otra versión, que eran siete. En 1981, había nueve refinerías funcionando: Azcapotzalco, Cadereyta, Madero, Minatitlán, Salamanca, Salina Cruz, Tula, Poza Rica y Reynosa.
La capacidad total era de 1 millón, 270 miles de barriles diarios. Había, además, capacidades adicionales en construcción o desarrollo, tres de ellas, por un total de 600 mil barriles diarios con un total de casi 3 millones de barriles diarios para la refinería futura cercana.
Había, en ese mismo informe, plantas de petroquímica en operación en Pemex: Ciudad Madero, Totonaca y Reynosa, en Tamaulipas; Ciudad Pemex y La Venta, en Tabasco; Matapioche, Minatitlán, Pajaritos y Poza Rica, en Veracruz; Salamanca, en Guanajuato; San Martín Texmelucan, en Puebla, y Tula, en Hidalgo.
Es resultado de una política más que entreguista iniciada desde 1982. Hasta esa fecha, con todos los problemas que había, se daba un crecimiento económico del orden de 6 por ciento anual, y desde entonces hemos tenido un crecimiento mínimo, con un promedio del orden de 2 por ciento anual y, por habitante, ya también mínimo.
La mayoría de ellas están en desarrollo, unas con áreas adicionales en construcción, y otras en planeación.
Para hacer frente a la situación, en el gobierno actual únicamente se aprobaron la Ley de Seguridad Interior y el control policíaco y militar.
Y, lo cual no es ninguna novedad, a las mentiras, para tratar de salirse, en el proceso electoral de su actual tercer lugar en las intenciones de voto.