Difícil, educar para la paz: Sippina
Miércoles 28 de febrero de 2018, p. 36
Según el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sippina), este sector vive expuesto a violencia de varios tipos que se ha socializado
y normalizado
, por lo que es muy difícil emprender una educación para la paz efectiva.
En el foro Caminos de Paz, organizado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) y la Comunidad Sant Egidio, Ricardo Bucio, titular del Sippina, dijo que para empezar a revertir esta situación se debe visibilizar
el fenómeno, desnormalizar los tipos de violencias
, confrontarlos
–como se ha hecho en algunos países escandinavos, donde, por ejemplo, se prohibió el castigo corporal a los niños– y emprender una reducación
en el tema.
El funcionario detalló que 96 por ciento de la población dice que en México se utiliza la violencia como disciplina educativa
con los menores.
Añadió que 63 por ciento
de los niños(as) admiten que viven violencia en casa, 40 por ciento
la sufren de forma corporal y 4 por ciento
(1.6 millones) de niños son víctimas de violencia física extrema
en sus casas.
Además, 34 por ciento de menores sufren agresiones en la escuela, sobre todo acoso escolar
. Añadió que en el país hay 3.1 homicidios de niños al día. Asimismo, 40 por ciento de los niños viven discriminación por su tono de piel y nivel socioeconómico
, es decir racismo y clasismo.
Acotó que en promedio los infantes ven 4.4 horas de televisión al día y más de 50 por ciento lo hacen sin compañía de sus padres o en horarios que no son de consumo para ellos, y en la barra infantil de televisión se proyectan cien escenas de violencia cada 30 minutos
. En las películas triple A se muestran alrededor de 50 escenas de violencia cada 30 minutos
y la mayoría de los videojuegos a los que acceden los adolescentes y en redes sociales, tienen que ver con la violencia”.
De esta forma “ésta no sólo se ha convertido en una situación con la que pueden convivir los niños y adolescentes todos los días en las pantallas de televisión, salones y redes sociales, también en los espacios familiares, sociales y en las situaciones que se viven en las calles, en los entornos donde hay situaciones de violencia y miedo.
Esto se ha convertido en un medio de socialización, los niños aprenden la violencia.