Madrid.

Algunos la llaman la revolución de los jubilados o la primavera de los pensionistas. En más de una veintena de ciudades españolas, este jueves salieron a las calles decenas de miles de ciudadanos que cobran la jubilación y que denunciaron la precariedad en la que viven. Entre sus principales exigencias para el gobierno español, que encabeza Mariano Rajoy, está la autorización de un incremento a las pensiones, que en los años recientes sólo ha subido un 0.25 por ciento.

La movilización de los jubilados comenzó hace unas semanas, cuando en el Congreso de los Diputados la ministra del Trabajo, Fátima Báñez, se mostró orgullosa del incremento de 0.25 por ciento a las pensiones. Dijo que durante la gestión del gobierno socialista que encabezó José Luis Rodríguez Zapatero, los jubilados perdieron poder adquisitivo o se les congelaron los salarios como consecuencia de la crisis económica.

Sin embargo, los jubilados se indignaron y se organizaron por medio de las redes sociales para la primera gran manifestación de pensionistas en la historia del país. Su protesta ha ido creciendo; se han concentrado en numerosas plazas para informar y denunciar sobre el problema del monto de las pensiones y denunciar que mientras la economía española ha crecido en los pasados años por encima de 3 por ciento, y los beneficios de la mayoría de las grandes empresas se han incrementado por encima de 8 por ciento, a ellos sólo les han aumentado 0.25 por ciento.

Las movilizaciones más numerosas fueron en Bilbao, Sevilla, Vigo, León, Córdoba, Barcelona y, sobre todo, en Madrid, donde decenas de miles de jubilados se concentraron en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para formar un cerco al Parlamento, al cual exigieron con un insistente grito de: sí se puede que les aumenten sus pensiones y que se luche contra la desigualdad.

El vocero del colectivo, Prudenci Vidal, advirtió que el anuncio de 0.25 por ciento de aumento no sólo es una mierda, sino que es una ilegalidad, porque el gobierno se había comprometido a incrementarlas de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor, cuando la economía española registrara cifras positivas, tal como ha ocurrido en los pasados tres años, con un ritmo de crecimiento de más de 3 por ciento.

Los jubilados dijeron que mantendrán sus protestas, al menos hasta que el gobierno tome cartas en el asunto para mejorar su situación. Según el Ministerio de Hacienda, 8 millones 600 mil personas están pensionadas, lo que supone un gasto anual de 140 mil millones de euros.

Desde el derechista Partido Popular (PP), su vocero en el Congreso, Rafael Hernando, respondió que desde los pasados cinco años los pensionistas han ganado algo de poder adquisitivo. O, por lo menos, según todos los informes internacionales, es el sector en España que gracias a su modelo de protección social ha sido el que menos se ha visto acosado por la crisis económica. Creo que el saldo puede considerarse positivo si se compara con otros sectores que han sufrido de forma más intensa.