El crecimiento del empleo durante el año pasado estuvo apoyado en la generación de plazas de bajos ingresos y constituye, junto con la informalidad, uno de los puntos negativos de la situación del mercado laboral, comentaron analistas a partir de cifras oficiales publicadas esta semana.

En 2017 fueron generados 746 mil empleos, pero de ellos poco más de la tercera parte tiene un ingreso menor a tres salarios mínimos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El mismo documento reveló que el año pasado se perdieron 363 mil plazas –poco menos de la mitad del total generado– entre trabajadores con un ingreso mayor a tres salarios mínimos.

En 2017 ocurrieron algunas mejoras en el mercado de trabajo, comentaron Arturo Vieyra y Sonia Machain, analistas de Citibanamex, respecto de los datos contenidos en la Enoe.

Por un lado, mencionaron, a pesar de que la población económicamente activa (PEA) se incrementó con respecto del promedio del año anterior en 524 mil 300 individuos (uno por ciento), se registró un aumento en el personal ocupado de 746 mil personas (1.4 por ciento).

Por ello, el número de desempleados disminuyó en 221 mil 700 mil personas, y por tanto, la tasa de desocupación abierta se redujo hasta 3.4 por ciento de la PEA, el nivel más bajo para un promedio anual desde 2005 que se publica la Enoe.

Un segundo hecho que destacaron fue la reducción, que calificaron de modesta, de la tasa de informalidad, que incluye a las personas ocupadas, pero que no reciben un salario fijo ni prestaciones laborales.

La proporción de los trabajadores en la informalidad se redujo a 57 por ciento del personal ocupado, tres décimas de punto menos que en 2016. Esta tendencia a una menor tasa de informalidad se relaciona directamente con el mayor número de trabajadores con acceso a las instituciones de salud, mencionaron.

Según la Enoe, de los 746 mil nuevos empleos el año pasado, 421 mil corresponden a trabajadores con acceso a instituciones de salud, y sólo 298 mil se crearon sin esta prestación. En igual sentido, comentaron que la tasa de subocupación (porcentaje de la población ocupada que tie- ne la necesidad y disponibilidad de ofrecer más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda), disminuyó de 7.7 a 7.1 por ciento, lo que a juicio de los analistas confirma una clara tendencia descendente.

“Desafortunadamente, también se vislumbran en los resultados de la Enoe algunos puntos negativos. Quizá el más importante –en paralelo con los altos niveles de informalidad– radica en que el crecimiento del empleo posiblemente estuvo apoyado en los segmentos de bajos ingresos”, apuntaron.

De los 746 mil nuevos empleos el año pasado, 272 mil, es decir, 36 por ciento, se refieren a plazas de trabajo con ingresos de hasta tres salarios mínimos, a la vez que se perdieron 363 mil plazas en los segmentos de más de tres minisalarios.

Puede deducirse, debido a que la Enoe no es contundente dado que reporta 925 mil nuevos empleos sin especificar el nivel de ingreso y una pérdida de 88 mil plazas sin remuneración, que la generación de empleos se apoya en los segmentos de bajos ingresos, añadieron los analistas de Citibanamex.