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Cacicazgo en Coyoacán

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racias a La Jornada y a Rocío González Alvarado por exponer el caso terrible de la delegación Coyoacán, donde ejerce su cacicazgo desde hace más de una década Mauricio Toledo (nada más y nada menos presidente de la comisión de Presupuesto de la Asamblea o, como se dice, la Iglesia en manos de Lutero), primero él mismo como delegado y luego sus secuaces Valentín Maldonado (quien pidió licencia porque ahora quiere, como su jefe, una diputación) y Ulises Bravo (quien era su secretario particular y le devolverá el cofre del tesoro si el susodicho no gana lo que busca).

Los que vivimos en dicha delegación, antes orgullo y lugar de paseo por su centro histórico y sus muchos sitios recreativos y culturales, hemos padecido este cacicazgo: la basura se acumula en las calles, ni por error pasa un barrendero por allí, de aquellos con sus uniformes anaranjados y sus carritos con botes de basura; las banquetas son una desgracia, aunque digan que las reparan es un riesgo caminar por ellas; no hay luz en las calles, sólo inventan que ponen luminarias; no hay ninguna vigilancia, ni por error pasa un policía o una patrulla y los robos de autos y a casas son constantes; los parques y deportivos están abandonados y aquellos que dicen que han reparado y en los que afirman haber gastado millones de pesos, siguen en estado lamentable; se autorizan negocios y construcciones fuera de la ley.

Lo único que sí hacen estos funcionarios es publicidad para contar lo mucho que trabajan para nosotros. Se aplauden solitos; nadie les aplaude, ¡ni siquiera aquellos a quienes compran aplausos con tinacos y despensas!

Pero como bien dice el reportaje de La Jornada, cuando los vecinos protestamos, recibimos castigo inmediato: en las colonias populares no dan sus apoyos y donde no son requeridos simplemente nos ignoran, nos insultan y hasta amenazan.

Esos señores dirán que las quejas tienen un tinte político electorero contra el PRD, pero no es así. Son una verdad patente que cualquiera que visite la delegación puede constatar y que quienes vivimos en ella atribuimos, sin duda alguna, no a partidos, sino a personas concretas que tienen nombre y apellido.

Carlos Martínez Assad y Sara Sefchovich

Reconocimiento a científicas mexicanas

Este 11 de febrero, por iniciativa de la ONU, se celebra el Día Mundial de la Mujer en la Ciencia, de la mujer científica. Según informa hoy La Jornada, en el mundo sólo 29 por ciento de las personas dedicadas a la investigación científica son mujeres. En México no nos va tan mal, puesto que, tomando al SNI como referencia, de los 27 mil 800 miembros, 36.6 por ciento son mujeres. Pero necesitamos más, muchas más mujeres, en los mares de la investigación científica. Es por ello que alienta lo que sucede en la UNAM, las mujeres han rebasado a los hombres en la matrícula.

Afortunadamente se ha avanzado. Ya no pasa como con Hypatia, mártir de la ciencia en Alejandría. El instigador de su asesinato, el obispo Cirilo, es santo para la Iglesia católica. O como ocurrió con Emy Noether. Los académicos de la mismísima Gotinga se opusieron a que se desempeñara como profesora de matemáticas, por ser mujer, a pesar del gran apoyo de David Hilbert y lo valioso de ella.

En México se distinguen por su machismo la Iglesia católica y políticos como Diego Fernández de Cevallos.

Cabe destacar la gran labor de dos mu-jeres dedicadas a la ciencia, ejemplos que se citan sin detrimento de tantos otros casos análogos: una, la mexicana Ana Maria Cetto, quien además de sus méritos en la electrodinámica estocástica y la creación del Museo de la Luz fue directora adjun-ta de la Agencia Internacional de Energía Atómica, en la época brillante en que ésta era liderada por el egipcio El Baradei; la otra, la vienesa Marietta Blau, precursora indiscutible de lo que hoy, con todo lo inmensamente gigantesco que se realiza en el CERN (organismo europeo de investigación nuclear) de Ginebra, se hace en ciencia, eran sus estrellas de desintegración. Vino a Mexico por sugerencia de Einstein. Estuvo en nuestra Esime. Muy a su pesar, se tuvo que retirar a un lugar lo más parecido a su México querido en materia de clima, Miami, y ahí, en la universidad, creó el departamento de física.

Felicidades, en su día, a todas esas grandes mexicanas, quienes, con su diario quehacer en el laboratorio, en la cátedra, en el despacho, hacen crecer la contribución de México a la ciencia universal.

Rubén Mares Gallardo

Principios de Morena

Estoy de acuerdo con ese comentario de Carlos Noriega Félix sobre Andrés Manuel López Obrador publicado ayer en esta sección. Yo estuve en el PRD cuando ese partido era decente, pero teníamos muchos caballitos de Troya que podemos señalar como los Chuchos y amigos de los Chuchos. En su gira por todo México, después del mitin, AMLO debería tener pequeñas asambleas de una o dos horas con los compañeros que empezaron a difundir Morena y con quienes hoy manejan el partido como una cosa familiar, como por ejemplo, en Guanajuato, Los Prieto, oír a las partes y discutir, y quizás cada parte tiene alguna razón, pero apoyar a los que estén más de acuerdo con su forma de pensar y que representen a la mayoría de quienes formamos el principio de Morena en el estado. Votaré por Morena, pero cuidado, los dineros son muy demoniacos.

Estela Cordero Cabrera

Piden a CFE borrón y cuenta nueva incluyente

Las crecientes quejas por parte de los grandes empresarios en torno a los altos cobros efectuados por la CFE a principios de este año han puesto bajo la lupa una problemática que no es nueva. Más bien no se había hecho visible por ser abanderada por aquellos que pareciéramos no tener voz y voto en este país, pequeñas asambleas de vecinos que hemos luchado durante años en contra de los cobros excesivos, que no son otra cosa que la aplicación de la reforma energética. No obstante, es mediante la presión política (huelga de pagos), y no de los medios legales, como hemos logrado avanzar; eso lo demuestra el acuerdo firmado por la Anuee y Gobernación el año pasado, en donde se estipulaba el borrón y cuenta nueva para algunos de los usuarios. Sin embargo, consideramos que este avance no es una victoria definitiva ni se puede restringir a acuerdos clientelares, como tampoco debe ser únicamente para los miembros de dicha organización, ya que esa victoria se suscitó gracias a diversas asambleas populares como la de Santa Cruz Meyehualco, que llevamos años empujando y sostenien-do esa lucha, razón por la que ese acuerdo nos debe beneficiar a todos los proletarios de forma igual, claro está que no puede ser aplicada de la misma manera a los ricos y los grandes empresarios.

Por la Asamblea Popular Meyehualco, miembros de la Unidad de Asambleas Populares. Comisión de prensa: Leticia Ramírez y Guadalupe Sánchez

Cuidemos la ciudad de dioses

En relación con Teotihuacán, en 1989 fui invitado por el arquitecto y arqueólogo Eduardo Pareyón a participar en la plática sobre la célebre ciudad-estado. Comenté al profesor que yo no era especialista en el tema, sin embargo era su alumno y argumentó que con su dirección expondría sobre desarrollo urbano y arquitectura prehispánica.

El orden y profundidad del tema fueron obra del profesor. Teotihuacán: significado del nombre y la diferencia del nahua (lengua teotihuacana) y el náhuatl, con sus orígenes, fundación, esplendor y decadencia. Teotihuacán fue conocido como una ciudad arqueológica por los mexicas, y su nombre en náhuatl fue Ciudad de los dioses.

El arquitecto Ignacio Marquina, en la página 58 de su obra Arquitectura prehispánica, indica que “el nombre de Teotihuacán ha sido interpretado de diferentes maneras pero, según Casanova, significa ‘lugar de los dioses’ o en que se adora a los dioses, y el idioma que se hablaba era el mexicano, sin que los filósofos hayan encontrado trazas de otro idioma, a pesar de las diversas especulaciones que se han hecho a este respecto”.

Sobre Teotihuacán y demás zonas arqueológicas e históricas, lo importante es conservar el patrimonio cultural para las presentes y futuras generaciones, con acceso para toda la gente y que no se use para actividades de caracter elitista y comercial.

Se deberán prevenir desastres naturales en tales zonas, pues el patrimonio más importante es la vida.

Jorge Antonio Rojas Ramírez