Para Miguel Herrera, América merecía el triunfo; Patiño dijo que fue justo el empate
Lunes 22 de enero de 2018, p. 3
No es un partido rutinario, dijeron durante toda la semana. La rivalidad entre Pumas y América desborda la cancha y cada encuentro es un duelo de egos. Por eso llegaron excitados y con los nervios de punta, tanto aficionados como jugadores, porque este domingo en Ciudad Universitaria (CU) todo apuntaba para vivir un momento significativo, cayera del lado que fuera la moneda. Y ambos equipos tuvieron oportunidades, pero ninguno pudo aprovecharlas: terminaron con un marcador sin goles que dejó temblorosos y sedientos a los seguidores de los dos clubes.
Llegar a CU, en la fecha tres del torneo de liga, anticipaba la seriedad con la que se toman este duelo los aficionados. Alrededor, un despliegue impresionante de 4 mil policías, a pie, en vehículos y a caballo, como reparto en una tensa puesta en escena. Los contingentes llegaban en fila custodiados por la autoridad; desde esos autobuses que se bamboleaban por el sobrecupo salían himnos desafiantes. Pero a pesar de la estridencia todo estuvo bajo control.
Pumas, todavía con la sombra del fallido torneo pasado, quería mantener esa inercia exitosa que propició su dueto armónico entre Nicolás Castillo y Matías Alustiza y extender el par de triunfos del inicio. Del otro lado, el América llegó con Miguel Herrera, técnico con quien ha acumulado siete victorias consecutivas sobre los universitarios, de modo que quería sumar una más. Pero ninguna de esas aspiraciones se cumplieron ayer.
La voracidad de los universitarios se expresó desde el primer instante. Ni un minuto de juego y un error de Edson Álvarez estuvo a punto de inaugurar el marcador para los auriazules. El incansable Jesús Gallardo le quitó la pelota con la destreza de un tahúr y en cuanto tuvo el área a tiro envió un centro que remató de media vuelta Mauro Formica, apenas un poco desviado.
Después del susto, el América empezó a asentarse. De manera discreta, primero comenzó a hacerse de la pelota y después de forma muy evidente terminó por dominar el juego en CU. Cecilio Domínguez se creció ante las concesiones de los auriazules y en un remate a bocajarro el portero Alfredo Saldívar alcanzó a reaccionar. El guardameta también desvió un tiro de Guido Rodríguez y luego Mateus Uribe estrelló el balón en la horquilla izquierda de la portería tras conectar el balón con la cabeza.
Así, el primer tiempo tuvo a Pumas replegado en su área, con serias dificultades para salir con la pelota. Los americanistas presionaban y merodeaban con la sensación de que el gol caería en cualquier momento; los universitarios buscaban desesperados cómo hilvanar una secuencia de toques que llegara hasta sus dos cartas fuertes: Castillo-Alustiza o Alustiza-Castillo, daba igual el orden con tal de que llegaran. Sólo Alustiza puso en aprietos a Agustín Marchesín con un tiro que pasó frente a la meta. Los Pumas entonces buscaron otras salidas, como los bombazos desesperados de Gallardo.
En el descanso David Patiño corrigió a su equipo. Movió sus primeras piezas: sacó a Formica y puso a Pablo Barrera. El estadio repleto y desbordado en su capacidad se cimbró con el anuncio del cambio.
Por los visitantes, otra vez Cecilio Domínguez puso peligro en la meta de Saldívar con dos potentes tiros, uno desviado y otro que el portero resistió.
Pero Pumas respondió. Gallardo, quien puede desdoblarse en un parpadeo, se escapó sin que sus perseguidores pudieran darle alcance y envió el balón al área, adonde llegó Castillo con un remate extraño, una suerte de gancho con la pierna que parecía más adecuado en las artes marciales que en este partido, pero la pelota rozó amenazadora la diagonal en la línea de gol.
La media cancha estaba incontrolable para los universitarios, así que Patiño hizo otro movimiento arriesgado: sacó a Alustiza, el nexo fundamental con el gol, y puso a Abraham González. Así recuperó el dominio en la zona. Castillo volvió a espantar a Marchesín al estrellar el balón en el travesaño con un remate de cabeza.
Herrera mandó a la cancha al colombiano Andrés Ibargüen, quien hizo su debut con el América, en lugar de Renato Ibarra.
A unos minutos del final la polémica apareció. Mateus Uribe salió expulsado después de que intentó una chilena y en la vuelta estampó el botín contra la cabeza de Castillo. El árbitro Luis Enrique Santander no titubeó a la hora de sacar la tarjeta roja.
Reclamo por arbitraje
No niego la falta
, reclamó después del partido Herrera; pero cuándo en la vida se ha expulsado a un jugador por una chilena; él patea de espaldas al arco sin mirar si hay rival atrás: el árbitro hizo un gran trabajo hasta ese momento, porque ahí echó todo a la basura
.
Para Herrera no hay duda de que si el resultado hubiera sido justo el América debió haber ganado el partido. Apreciación que no compartió el entrenador de Pumas, para quien el juego fue equilibrado y ambos pudieron llevarse el resultado.
Como entrenador entiendo a Herrera, eso es lo que tiene que decir
, declaró Patiño; pero fue muy parejo, ambos tuvimos oportunidades y méritos para llevarnos la victoria
.
El empate dejó a Pumas en la cima, con siete puntos, mientras el América quedó con cinco.