La suspensión por seis meses del programa de verificación vehicular con motivo de la renovación del equipo en los centros encargados de dicha tarea es una medida correcta y necesaria para que se detecten todas las emisiones de partículas contaminantes de los autos, especialmente las llamadas ultrafinas.

Paloma Neumann, líder del proyecto Revolución Urbana de la organización ecologista Greenpeace México, señaló que dicha medida debe ir acompañada por otras igualmente importantes, pero mucho menos analizadas, como la formación de una red eficiente de transporte público y la elevación de los límites máximos de contaminación atmosférica.

A nosotros nos parece correcto que se instalen (los verificentros) de manera adecuada, pues son herramientas importantes para garantizar que todos los vehículos automotores cumplan criterios mínimos de funcionamiento, para que las personas puedan acceder a su derecho humano a la salud, puntualizó la activista.

No obstante, Neumann enfatizó que la suspensión de las verificaciones para el primer semestre de este año se ha prestado a un abordaje con sesgo político y electoral, que ha dejado de lado el análisis de otras medidas fundamentales, como la creación de un sistema digno y eficiente de transporte público en la cual se incluyan opciones de movilidad no motorizada.

Al no haber una alternativa real para que la gente tenga opción de dejar el automóvil, mediante una estrategia de transporte público masivo, de calidad y digno, la gente no va a dejar el auto o no va a usarlo un poco menos, lo que a su vez hará que crezca la inversión gubernamental en infraestructura para vehículos, consideró Neumann.

Consideró que otro tema fundamental, que no se ha abordado lo suficiente, es que las normas de límites máximos permisibles en contaminantes atmosféricos sean mucho más estrictas, pues a pesar de que dichos estándares fueron elevados recientemente, de todas formas aún son demasiado laxos.