A pesar de la importancia y las dimensiones del problema de la violencia y su relación con el uso de las drogas, así como para cometer abuso sexual, y el reconocimiento en su conjunto como un problema de salud pública, en México no existe suficiente información estadística para analizar esta relación y hacerla visible, sostiene un estudio del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

En el cuadernillo Violencia sexual contra las mujeres, drogas y drogas de violación: una revisión de las fuentes de información en México, señala que en el caso específico de la violencia contra las mujeres “no existen fuentes de información ad hoc para evaluar con precisión la escala y la naturaleza de su vinculación con el uso de las drogas”.

No obstante, mediante diversos datos estadísticos, como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares y la Nacional de Adicciones, el Inmujeres infiere que la violencia en contra de las mujeres empeora debido al consumo de alcohol por parte de la pareja, el uso de las drogas parece tener un efecto que potencia la violencia sexual de pareja, el consumo de drogas puede propiciar que una persona sea víctima de un delito cuando se encuentra bajo sus efectos.

También refiere que los adolescentes pueden no reconocer cuando han consumido alcohol, drogas, o cuando han sido víctimas de una agresión sexual.

El instituto expone que dado que los resultados, en su carácter exploratorio, muestran evidencias acerca de que el consumo de alcohol o de drogas facilitan la violencia contra las mujeres, incluida la sexual, “es un problema que merece atención por diversos factores, entre los que figuran el nivel actual de consumo de alcohol en nuestro país.

Y por el otro, el incremento paulatino en el consumo de drogas en las décadas pasadas, que puede a su vez incidir en un aumento de violencia contra las mujeres.