Los servicios de una escort o mujer de compañía se encuentran a un click; sólo es necesario teclear la palabra en Internet para encontrar variedad de páginas, lo mismo pasa en las redes sociales. En estos espacios se exponen imágenes de las jovencitas en su mayoría, sus teléfonos, particularidades e incluso los idiomas que hablan.

Elvira Madrid Romero, de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, explicó que algunas de las mujeres que trabajan como escort lo hacen por su cuenta, manejan sus listas de clientes y el contacto es directo, principalmente a través de WhatsApp, pero no todas están libres o están por su propia decisión.

Indicó que en su mayoría son mujeres de 18 a 24 años y la cantidad de dinero que llegan a cobrar por una cita es de entre 20 y hasta los 50 mil pesos, aunque si se anuncian en páginas de Internet les pueden retener entre 50 o 30 por ciento de esas sumas.

Ser una escort o mujer de compañía no las libra de las vulnerabilidades a las que se enfrentan todos los días las trabajadoras sexuales en las calles. Incluso puede exponerlas más, debido a los clientes con los que se relacionan, dijo Madrid Romero. La semana pasada Karen Ailen, de ciudadanía argentina, fue encontrada sin vida en un hotel de Ciudad de México; previamente, en noviembre pasado, Génesis Ullyannis Gibson, venezolana, tuvo el mismo fin.

Teresa Ulloa Ziáurriz, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catwlac, por sus siglas en inglés), dijo que en muchos de los casos de mujeres que son escort existe explotación sexual o trata de personas.

Indicó que las autoridades no están combatiendo debidamente estos problemas, pues es un fenómeno que las deja totalmente vulnerables a lo que el consumidor de sexo de paga quiera hacer con ellas.

Al cerrarse el cuarto del lugar a donde van, quedan totalmente expuestas a la persona que contrató el servicio y ahí depende mucho de la capacidad y habilidad que tengan para poder negociar o defenderse.

Explicó que mediante propuestas como impulsarlas en el modelaje, la actuación y el baile es como atraen a las jovencitas y también a las mujeres extranjeras. Estima que 20 por ciento de las víctimas de trata en el país no son mexicanas.

Antes había mucha trata de mujeres argentinas, pero ahora se está focalizando en Colombia y Venezuela por la misma situación que se presenta en sus países y que tiene que ver con las condiciones estructurales que expulsan a los habitantes, en su mayoría por falta de oportunidades.

Tanto Ulloa Ziáurriz y Madrid Romero se pronunciaron porque se investiguen los asesinatos de las dos mujeres. “Pedimos justicia por las compañeras, hay muchos elementos para que se investigue y que no le vayan a dar carpetazo a esos crímenes ni tampoco lo vayan a pasar como que ‘se lo buscaron’”, dijo Romero.