Londres.

La economía británica ya está sufriendo debido a la votación del año pasado a favor de la salida de la Unión Europea, con lo que se concretan las advertencias que desestimaron quienes respaldaron el Brexit por considerarlas muy pesimistas, dijo ayer la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.

Antes del referéndum de junio de 2016, Lagarde había dicho que el Brexit tendría consecuencias de bastante malas a muy, muy malas para Reino Unido, lo cual generó enojo entre los banqueros británicos, al considerar que el organismo se estaba extralimitando.

En un discurso en Londres al presentar la primera evaluación completa del FMI sobre el desempeño económico de Reino Unido desde la votación del Brexit, Lagarde dijo que el crecimiento británico era un poco decepcionante comparado con la fortaleza registrada en otros lugares del mundo.

La economía de Reino Unido ya está perdiendo posición como resultado de esta decisión, dijo la funcionaria en una conferencia de prensa junto al ministro de Finanzas británico, Philip Hammond.

Ese relato que señalaba un riesgo potencial en mayo de 2016 se está desarrollando mientras nosotros hablamos. No son expertos hablando, es la economía manifestándolo, agregó Lagarde.

El FMI dijo que la economía británica crecería alrededor de 1.5 por ciento en 2018, en línea con su proyección previa, tras expandirse 1.6 por ciento en 2017, una tasa mucho menor a la de otras economías desarrolladas. El pronóstico para 2018 se basó en que las negociaciones del Brexit continúen progresando.

En su reporte sobre la economía británica, el FMI agregó que Reino Unido necesitaría recaudar más dinero en impuestos para cubrir su déficit presupuestario tras depender fuertemente de una contención del gasto público.

La reducción del déficit desde la crisis financiera ha recaído fundamentalmente en medidas ligadas al gasto (...) En el futuro se requeriría un enfoque más balanceado, indicó el organismo. Hammond dijo que compartía las preocupaciones del FMI sobre los altos niveles de la deuda pública británica.