Trabajan con o sin remuneración y se abusa sexualmente de ellas: especialistas
Su labor con ancianos se ha vuelto imprescindible, pero ellas no pueden atender a sus propios hijos, aseguran
La OMS recomienda documentar la contribución que aportan al sistema de salud
Lunes 18 de diciembre de 2017, p. 29
La salud de los cuidadores de adultos mayores está en el centro de atención de especialistas, quienes advierten sobre la creciente demanda de estos servicios en países desarrollados y a la vez estudian la desventaja en que se encuentran esas personas; principalmente porque se trata de mujeres migrantes indocumentadas.
Hasta ahora no ha existido interés de los gobiernos en garantizar los derechos de estas trabajadoras para darles acceso a servicios de salud y atender sus retos personales, como tener que dejar a sus hijos para cuidar a otras personas.
Esta es una problemática que ya ha observado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un reporte dado a conocer recientemente sobre las migrantes cuidadoras y su salud. La revista científica The Lancet retomó el tema e informó de la investigación que realiza en colaboración con el Instituto para la Salud Global de la University College, de Londres.
El objetivo es generar evidencia sobre las necesidades y vulnerabilidad de los migrantes, y con base en ello, emitir recomendaciones para mejorar las políticas que beneficien a quienes ofrecen un servicio que cada vez más se vuelve esencial, dado el envejecimiento de la población.
Escasa oferta local
El de las cuidadoras es un trabajo, y como tal, señala, tendría que existir reconocimiento en las naciones donde el sector de adultos mayores con enfermedades crónicas complejas y discapacitantes es creciente. En los países desarrollados no hay una oferta de atención para todos, por lo que las familias tienen que buscar alternativas.
A menudo, la solución es contratar migrantes, mujeres o niñas, que se hacen cargo del cuidado de los ancianos en sus domicilios, en especial de quienes ya no se valen por sí mismos, advirtió The Lancet.
De hecho, en mayo de 2016, el grupo de los siete países más ricos hizo un llamado a poner atención a los migrantes y el papel que desempeñan como cuidadores remunerados y no remunerados. Es un servicio esencial, señaló.
Quienes realizan esta actividad, cuando se trata de migrantes, generalmente carecen de acceso a los servicios de salud en los países donde se encuentran. Tampoco gozan de derechos laborales ni protección social. Su calidad de indocumentados es la barrera principal.
En cambio, señala la publicación, es frecuente la explotación de cuidadoras. Son víctimas de violencia, abuso sexual y coerción en las casas donde prestan sus servicios. El temor a ser deportadas hace que no busquen atención médica cuando enferman, ni tengan acceso a servicios básicos como vacunación y de salud sexual o reproductiva.
También la salud mental de las migrantes cuidadoras y de sus hijos debe ser motivo de atención, porque tienen que separarse de ellos y éstos se quedan a cargo de otros familiares. The Lancet señaló que existen indicios del impacto que tiene en las mujeres y los niños el abandono.
En su reporte, la OMS advirtió sobre los tres aspectos prioritarios que deben ser considerados por los países: la necesidad de investigaciones que documenten la naturaleza del trabajo de las migrantes cuidadoras, su contribución al sistema de salud global y los términos y condiciones en las que realizan su trabajo.
Indicó que debe mejorar el acceso a los servicios sanitarios para estas personas sin discriminación, así como reconocer el trabajo de cuidadores como bien público que contribuye a la salud global y el bienestar.