En su primera reunión con medios de comunicación, el nuevo dirigente del PRD, Manuel Granados, aseguró ayer que recibió un partido sólido, unido, de acuerdos, mientras Pablo Gómez, destacado ex presidente y ex legislador del instituto, renunció a su militancia y auguró la muerte del sol azteca.

Señaló durante años trató de impedir que el partido se convirtiera en una central de negocios políticos sin objetivos nacionales, democráticos y populares, sin principios morales, sin rumbo cierto.

Asimismo, cuestionó que una dirección absolutamente espuria, que violando los estatutos y toda norma de legalidad democrática integró una coalición electoral con el PAN para llevar al líder blanquiazul a la Presidencia de la República. Ante ello, convocó a la unidad electoral de la izquierda en torno a Andrés Manuel López Obrador.

Pablo Gómez dimitió a su membresía perredista por medio de una carta dirigida a militantes y simpatizantes, en lugar de a los sedicentes dirigentes del PRD, porque además de traidores, son ilegales. Señaló que junto con otros que también tomaron la decisión de abandonar el sol azteca, asumió el propósito de evitar el desplome y la segura desaparición de un instituto político que durante años fue instrumento de grandes luchas políticas populares y nacionales.

Pero hoy, ya nada está vigente en ese partido. Sus principios, su programa y su estatuto están abrogados en la práctica.

Dijo que con la alianza con el blanquiazul “se impone al PRD abrazar a un candidato enemigo de la izquierda y el programa neoliberal de la derecha contra el cual había luchado desde su fundación… Ya es imposible hacer algo para evitar la caída del partido, la cual le está conduciendo a signar el certificado de su propia desaparición política”.

Consideró que la infortunada muerte del instituto político no debe debilitar al conjunto de las izquierdas mexicanas, por lo que llamó a apoyar a López Obrador.

Por su lado, Manuel Granados sostuvo que recorrerá el país para convocar a la reconciliación con la militancia, y resaltó el esquema de acompañamiento del PRD con el PAN, y también con Ricardo Anaya, para generar las condiciones que los lleven a ganar la Presidencia de la República.