Desde el pasado jueves, el director del cuerpo de bomberos de la Ciudad de México, Raúl Esquivel, fue echado de sus oficinas por integrantes del sindicato del grupo de emergencia, dirigido por Ismael Figueroa. Al jefe Vulcano, como lo conocen, lo corrieron de su oficina y le quitaron las llaves de la patrulla.

No obstante, se ha mantenido en la calle, porque aseguró que sigue con la titularidad de la agrupación, integrada por mil 250 elementos, pese a la inconformidad que se generó porque no fueron autorizados recursos para el programa de limpieza.

El área administrativa, explicó, estaba en negociaciones con el Gobierno de la Ciudad de México para la autorización de recursos que se deben por el pago de alimentación, mantenimiento y limpieza, pero la Secretaría de Finanzas sólo aprobó los dos primeros, ello generó el enojo del sindicato que lo echó a la calle.

Ante la situación, Esquivel presentó una denuncia de hechos para deslindar responsabilidades, dio parte a la Contraloria General y aviso a la jefatura de Gobierno. Asimismo, indicó que se mantendrá atento de la situación y descartó que el problema afecte la atención del Heroico Cuerpo de Bomberos, porque el personal operativo se encuentra trabajando de forma cotidiana para responder a cualquier incidente.