El jurista estadunidense presenta libro
El ministro Alfredo Gutiérrez tradujo la obra Cómo hacer funcionar nuestra democracia
Miércoles 15 de noviembre de 2017, p. 13
La labor principal de los jueces es convencer a la gente que sus resoluciones son justas y tienen una razón de ser –aun cuando muchas personas quizá no estén de acuerdo con ellas–, así como defender la existencia del estado de derecho como un medio de convivencia pacífica.
Esto lo indicó Stephen Breyer, juez y ministro de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, durante la presentación de su libro Cómo hacer funcionar nuestra democracia, traducido por el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Luego de agradecer el trabajo de difusión de su obra en español, el jurista estadunidense aseveró que el estado de derecho es, por definición, lo contrario de la irracionalidad y el despotismo, y por ello debe utilizarse como un puente
que una a personas de diferentes orígenes y convicciones.
Al sumarse a los conceptos vertidos por Breyer, Gutiérrez Ortiz Mena aseveró que los tribunales constitucionales deben cumplir con la labor de ser un sistema de equilibrio y contrapesos, defender su trabajo de interpretación fina
de la Constitución y convencer mediante la razón sobre la conveniencia de sus fallos.
En ese sentido, el ministro enfatizó que la vigencia real del estado de derecho depende de la vitalidad y legitimidad del texto constitucional, pero también de la capacidad de los jueces de hacer cumplir la ley pese a la antipatía que puedan generar sus resoluciones en diversos sectores sociales.
Por su parte, el presidente del máximo tribunal del país, Luis María Aguilar, destacó que esta es la primera ocasión en que un ministro de la Suprema Corte de Justicia estadunidense visita la sede de la SCJN, y encomió las aportaciones de Breyer para dilucidar cómo construyen su legitimidad los tribunales.
Al no ser electos de forma democrática, es decir, mediante el voto directo de los ciudadanos, los juzgadores deben sustentar su labor frente a la gente con la validez y la fuerza de sus razonamientos y sus sentencias, así como en el cumplimiento de la tarea de contener los abusos de poder.