l primer encuentro que tuve con Aristarco Aquino fue en su pueblo, Yalalag, en 1970, cuando me encontraba ahí apoyando la organización de una escuela secundaria comunitaria. Fui invitado por Joel Aquino, su primo y promotor del proyecto, y de ahí comenzó mi amistad y vínculo de camaradería. Aristarco inició sus estudios de maestro en la Normal Rural de Reyes Mantecón, Oaxaca, y los terminó en la de Mactumaczá, Chiapas. Esto debido a que el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz había cerrado en 1969 catorce de las 29 normales rurales existentes entonces. Desde su formación inicial como profesor adquirió una clara orientación política y social de cómo servir desde el trabajo educativo para la organización de las comunidades indígenas.
Nunca rechazó trabajar en una comunidad por más alejada o pequeña que fuera. Inició sus labores en Tonaguía, en la zona mixe, y después trabajó en Talea, comunidad zapoteca, y más adelante llegó a Tlacolula. En los años en que empezó a trabajar se gestaba ya la organización de un amplio movimiento por la autodeterminación comunitaria del que fue impulsor y partícipe.
También conviví con Aristarco en la Normal Superior de México, donde estudió la especialidad de historia y para mi fortuna tomó un curso que yo impartía. En esa escuela se vivía un ambiente muy importante, pues, además de que durante un buen tiempo fue el lugar desde donde se organizaban las acciones de la CNTE, se estaba llevando a cabo una reforma de la institución con la participación de maestros y alumnos de la misma. El ambiente era propicio para impulsar la discusión sobre la educación alternativa, tema en el que él se involucró a fondo.
Cuando era representante de la delegación sindical de Tlacolula organizamos un curso taller sobre la práctica docente teniendo como guía la idea de apropiación de la materia de trabajo. Asistieron todos los maestros de la zona escolar y por el interés que despertó la iniciativa, después se reprodujo en otras zonas de Chiapas y del entonces Distrito Federal. Así, se amplió el interés por el tema con los demás dirigentes de la sección 22.
Con la huelga de 1989 Aristarco fue electo secretario general de la sección 22. Como una de sus tareas impulsó la publicación de una revista llamada Educación Alternativa y promovió la organización de un congreso con ese tema. Al mismo asistieron más de mil delegados de todo el estado y de todos los niveles educativos. Algunos invitados de otras secciones sindicales fuimos testigos de ese memorable acto. Y aunque hubo una acción de provocación por parte del gobierno estatal de entonces el congreso terminó bien en las instalaciones del Centro Regional de Educación Normal. Concluyó su gestión en la sección en 1992, manteniendo la idea de que además de luchar por la democracia en el sindicato y por las reivindicaciones gremiales debía siempre fomentarse el vínculo con proyectos comunitarios.
Cuando escuchó la propuesta no estaba muy convencido, pero finalmente aceptó ser candidato a diputado local y lo fue de finales de 1992 a 1995. En su desempeño se dedicó a recorrer las comunidades de su distrito y con sus gestiones contribuir a la organización y acercamiento entre las mismas. Le tocó la discusión de la reforma al Código Electoral del estado en el que se definió que las autoridades de 440 municipios se elegirían por usos y costumbres. Fue muy laborioso y entusiasta en ese encargo. Nunca se le subió
, como se dice, no se envaneció.
Participó como invitado del EZLN en los diálogos de San Andrés y muchas veces comentaba lo mucho que ahí aprendió.
Y cuando acabó el periodo de legislador regresó al trabajo de maestro. Atendió entonces el Centro de Maestros ubicado, ni más ni menos que en Yalalag y desde ahí generaba iniciativas para fortalecer el buen trabajo de los maestros en el aula, pero siempre buscando el vínculo con los proyectos de transformación democrática de las comunidades. Fue crítico de algunos representantes sindicales a nivel de zona que se aislaban de la comunidad. Leía mucho sobre los temas educativos y siempre pensó que no había que conformarse con lo hasta ahora logrado por la sección 22.
Más recientemente fue miembro del Comité Técnico de Expertos que fueron consultados para la reforma a la Constitución Política del estado de Oaxaca sobre derechos de los pueblos indígenas y negroafromexicanos de Oaxaca, aprobada en agosto de 2013. Su conocimiento del tema provenía de su vínculo militante con la causa de los pueblos originarios.
En 2015 viajé a Oaxaca con unos académicos de Argentina y Brasil, partícipes de las luchas magisteriales de sus países y los presenté con Aristarco. Quedaron muy impresionados de la forma sencilla y convincente en que resumía la experiencia de la sección 22 y de su participación en las luchas comunitarias de su estado, empezando por las de Yalalag.
Durante los dos años recientes vino varias veces a Ciudad de México para atender asuntos familiares. Siempre me permitió la posibilidad de conversar con él largamente y siempre quedé sorprendido de su coherencia, de sus convicciones prácticamente intactas. Pese al sombrío panorama que el neoliberalismo nos depara, mantuvo el ánimo para seguir adelante.
El cáncer cortó su vida, pero su ejemplo es imborrable. Descanse en paz el amigo y camarada.